luns, 23 de decembro de 2019

Humanidad a la deriva


[Ramonismo 7 ]
Lídia Jorge nos sumerge en su hipnótica y comprometida literatura uniendo Portugal y África.


"Aquí donde el mar acaba y la tierra comienza», es el mítico inicio del libro de José Saramago, ‘El año de la muerte de Ricardo Reis’, pero también es un compendio de la propia literatura portuguesa, así como de una historia como nación de navegaciones, idas y venidas, y vínculos coloniales. En ‘Estuario’, la última novela de Lídia Jorge, que en España ha sido publicada por esa editorial que puentea las fronteras de la Península Ibérica, ‘La umbría y la solana’, hay mucho de esa pátina que la cultura portuguesa lleva en su tuétano. Un relato entre Lisboa y Africa que narra la historia de una familia de armadores con su empresa en crisis, el regreso de los hijos al hogar y todo ello en un mundo con su humanidad a la deriva. Un libro que vuelve a sumergirnos en la literatura de una de las autoras lusas más consolidadas y también más traducidas a nivel internacional, con una escritura en la que las palabras tienen un profundo sentido, una densidad que multiplica sus posibilidades a la hora de contar historias, que la vincula con la recreación de elementos fundamentales de nuestra cultura, desde una clave poética que emana de su cuidado a la hora de plantear el lenguaje literario. Nacida en el Algarve en 1946 su primer libro, ‘El día de los prodigios’ (1980) la situó de manera firme dentro de un proceso de renovación literaria que se vivía en Portugal. Su actividad como docente la llevó a instalarse en Angola los últimos momentos de la guerra colonial, un ambiente y unas situaciones que ya no despegaron de su manera de mirar el mundo y que tuvo su consolidación máxima con su libro ‘La costa de los murmullos’ (1988), en el que se narran muchas de las experiencias allí vividas. Reconocida su labor literaria en numerosos países con la publicación de sus libros en diferentes lenguas, la Asociación de Escritores en Lingua Galega le concedió en 2013 el título de Escritora Universal.
Y es precisamente esa universalidad de su escritura la que fundamenta mucho de lo que sucede en esta última novela merecedora en Portugal del premio Gran Premio de Literatura DST, uno de los más prestigiosos del país luso. A partir de ahí esa labor va más allá de lo escrictamente literario con un profundo compromiso ético y humano, así es como en este libro emergen con fuerza situaciones relacionadas con conflictos humanitarios, como el ecologismo y nuestra posición como sociedad frente a las diferentes contaminaciones del planeta, entre ellas la proliferación de plásticos en los océanos. Su otro gran apoyo surge del universo cultural, concretándose en la importancia de dos textos, uno de Fernando Pessoa, la ‘Oda Marítima’, de su heterónimo Álvaro de Campos, y el otro, la ‘Ilíada’ de Homero. Ambos, inspiradores, y ambos explicativos de muchas de las realidades que ‘Estuario’ nos plantea como conformación del ser humano y de su relación con el entorno.
Y todo ello relacionado con el hilo argumental del texto como su gran valor como artefacto narrativo, en la capacidad para vincular todas esas perspectivas dentro de una historia, en este caso, la de esa familia en la que un escritor, Edmundo Galeano escribe un libro «pensado para evitar el apocalipsis», una misión redentora para intentar capturar aquello que sobre nuestro planeta está demostrando, día tras día, nuestra insensibilidad con él, así como nuestro deterioro como especie aparentemente evolucionada. Desde el cuerno de África hasta la desembocadura del Tajo las aguas de océanos y ríos son un reflejo de nuestras conductas, así como el marco para una serie de naufragios, no solo colectivos, sino personales e íntimos, como los que sufren los diferentes personajes de la novela. El hogar como refugio, la casa como amparo ante la tormenta, es un símbolo más de un texto lleno de elementos mitológicos que le conceden esa vocación de eternidad que toda obra literaria intenta alcanzar. Cultura y naturaleza que se hibridan para generar un relato fascinante, que introduce al lector en una atmósfera propiciada por la evocación de una escritura con un punto poético que se diluye entre las brumas de un mundo difuso, pero también de unos protagonistas desubicados por lo que la vida les ha deparado. En definitiva, otra excelente oportunidad para conocer o reconocer la escritura de la gran Lídia Jorge.



Publicado en Revista. Diario de Pontevedra. 21/12/2019
Fotografía. Lídia Jorge fotografiada en un café por João Pedro Marnoto (Cedida por La umbría y la solana)

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