En ese osario de ‘jóvenes salvajes’ en que se va convirtiendo la historia del Diario, algunos de ellos comienzan a recoger lo mucho que dieron a esta ciudad. Aquel núcleo duro formado por los Pedro Rivas, Sprinter, Cuña Novás, Amador Larriba, Observador, Luis Portas o Piruco, entre otros que mantuvieron en pie el milagro de la prensa local, acogió entre ellos a un notario fiel, un cronista visual de su tiempo, el mismo que justifica nuestro presente. Decir Rafa es decir prensa en Pontevedra, pero muchas veces lo que más hacemos en nuestra vida se convierte en nuestro peor enemigo, en la losa que oculta lo mejor que hay en nuestro interior. Habitual de la fotografía rápida a que obligan las convocatorias de prensa, se vio orillado en cuanto al tratamiento artístico de su obra. Rollos y más rollos de negativo se escondían en sus envases agachando la memoria de varias décadas de esta ciudad, pero también del potencial de su propio trabajo. La custodia de este legado por parte del Museo de Pontevedra y su puesta en valor a través de la exposición inaugurada en sus nuevas dependencias, nos permitirá descubrir la calidad de un hombre preocupado por transmitir la cara de una ciudad, precisamente a través de lo más importante en su configuración social: los rostros de sus habitantes. Ellos son los que ahora nos miran a través de la cámara de un gran fotógrafo. La cámara de Rafa.
Publicado en Diario de Pontevedra 04/05/2011
Fotografía: Mariano Rajoy visita el Diario de Pontevedra en 1984 (Foto Rafa)
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