Que la imagen de Rafa Nadal aparezca como fondo en el Telediario para hablar sobre la concesión del Premio Nadal cause sorpresa, creo que no lo es tanto por ilustrar un premio literario con nuestro apolíneo tenista, que siempre luce en cualquier rincón, como que se hable de libros en un Telediario. Los libros, cada vez más rara avis en nuestra sociedad virtual, solo aparecen en los informativos en tres supuestos: Si hay pasta por medio en la concesión de un galardón a partir de un número razonable de euros, (que si los euros del Planeta, los del Nadal o del Cervantes); el óbito de algún insigne autor; o en el caso de que Arturo Pérez-Reverte haya soltado algún exabrupto, caso que ya va dejando de ser noticia. Orillada a la franja horaria en la que los vampiros comienzan a tomar el fresco, la información literaria se oculta en las parrillas como una obligada penitencia que la televisión -y aquí siempre hablamos de la pública, los otros canales que hagan de su capa un sayo- deben soportar. No sé si alguien entendería que un Telediario se iniciase con las páginas abiertas de un libro, con el argumento de una novela o los versos de un poema, pero todo esto lo pienso mientras termino de leer el último y brillante poemario de Felipe Benítez Reyes bautizado como ‘Las identidades’. ¡Y que no se abra un informativo con él!
Publicado en Diario de Pontevedra 12/01/2013
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