Xoán Anleo, Natividad Bermejo, José Chavete, Juan Fernando de la Iglesia , Mª Luisa
Fernández, Jesús Hernández, Yolanda Herranz, Juan Loeck, Juan Carlos Meana,
Juan Luis Moraza, Marina Núñez, Jesús Pastor, Juan Carlos Román, Ana Soler,
Javier Tudela. Estos son los nombres de los quince profesores de la Facultade de Belas Artes
de Pontevedra que participan de esta exposición en el Museo de Pontevedra, una
colaboración que debería tener continuidad en el tiempo para seguir comprobando
el buen hacer artístico de los docentes.
‘En plenas facultades’, además del inteligente título propuesto para esta
muestra, es toda una reclamación de intenciones, tanto por parte de los
comisarios, Ángel Cerviño y Alberto González-Alegre, como de los quince
artistas, todos ellos profesores en la pontevedresa Facultade de Belas Artes,
que exponen aquí sus trabajos. Y esa reclamación, planteada como un golpe en la
mesa, más de veinte años después de la aparición en nuestra ciudad de un centro
de creación que ha planteado un antes y un después en el paisaje artístico
gallego, viene a dar significación al papel del profesorado, no solo como
enseñantes, sino como artistas ‘per se’. Como autores con un discurso y un
compromiso artístico a los que el aspecto funcionarial del cargo o el dejarse
llevar por la inercia del sistema educativo en modo alguno han orillado sus
postulados creativos.
Año a año hemos visto emerger del antiguo Cuartel de San Fernando, donde
otrora sonaban gritos militares, generaciones y generaciones de nuevos
licenciados, mentes más o menos lúcidas que buscan su futuro en este territorio
tan complicado. Ninguno lo es, pero todo lo vinculado al ámbito cultural parece
cada vez más un náufrago de este oleaje universal e impío en el que cada vez
más nos vemos inmersos. Esas generaciones y sus logros han permitido la
valoración de esta Facultad como una de las mejores de España y ahí es donde el
papel de los profesores debe tener su reconocimiento, aunque el día a día
parezca olvidarlo.
Es por ello que ‘En plenas facultades’ nos habla de esa vigencia creativa
desarrollada en una muestra llena de cimas de pensamiento y acción. Propuestas
a cada cual más sugerente para propiciar un resultado final con el que los
‘profes’ han apretado el acelerador para decir ‘aquí estamos’. Dicho queda. Y
es que tras recorrer la muestra a uno le queda la sensación de no querer salir
de ese espacio, de volver a juguetear con un arte que en un principio puede
poseer un punto de fricción con el espectador, pero bajo el cual se esconde
todo un mundo lleno de atractivos visuales para intentar comprender aquello de
lo que estamos hechos y aquello que nos rodea. A buen seguro dos de los
componentes esenciales de su docencia a los miles de alumnos que por sus manos
han pasado, y que ahora, se ejemplifican en esta exposición ya para el recuerdo
de la Facultad
y la ciudad.
Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 31/03/2013
Fotografía Alba Sotelo
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