El Casino Español de
México celebrará el 150 aniversario de su fundación con la presencia del pintor
Mingos Teixeira. Como hicieron tantos emigrantes antes de cruzar el Atlántico
son ahora las pinturas que se colgarán en ese emblemático edificio azteca las
que se asoman sobre nuestras costas para que disfrutemos de ellas, pero también
para que reconozcamos un corazón que al atravesar el océano se convertirá en
alma. Parte de la muestra, instalada en el Patronato de Turismo Rías Baixas,
puede contemplarse hasta el 12 de julio.
Pocos creadores son capaces de hacer visible aquello que no se ve. De dar
forma a algo que se escapa a nuestra comprensión. El arte puede ser un buen
medio de transmisión para lograr la que se convierte en una de sus grandes
conquistas, y así es como Mingos Teixeira, a través de su lenguaje plástico,
nos convoca ante sus obras para, desde sus abstracciones repletas de lirismo,
arrojarnos a un mundo de percepciones inmateriales que aquí se encierran en un
lienzo. Sus viajes, sus figuras, sus gestos, sus rastros y contrastes son parte
de un escenario que nos convoca ante la pintura pero también ante nosotros
mismos y la capacidad que tengamos de conmovernos ante esas superficies.
Pónganse a prueba y visiten el Patronato de Turismo Rías Baixas
situándose ante un cuadro de los seleccionados por Mingos Teixeira para este
espacio (el resto de los que formarán parte de esa gran muestra mexicana se
puede ver en la sede de la
Diputación de Pontevedra en Vigo). Yo les aseguro que si se
colocan ante ese 'Autónomo chispazo', aquí reproducido en la imagen superior,
no podrán moverse durante unos minutos ante la fascinación que provoca un
cuadro en el que emerge el talento de la pintura, pero sobre todo ese conjunto
de elementos que permite a una obra de entre un grupo de piezas, erigirse sobre
todas ellas. La profundidad de ese azul, el equilibrio alcanzado en su
disposición interior, la caprichosa gestualidad perfectamente controlada, todo
ello ayuda a crear uno de esos cuadros fascinantes que de cuando en cuando
aparecen al visitar una exposición, una explosión pictórica ante la cual uno no
puede dejar de plantarse ante ella y dejar que la mente se adentre en esa
cosmogonía activada por un chispazo, por un brillante arranque de genialidad.
Pero Mingos Teixeira nos transportará a otros escenarios con sus cuadros,
variados de matices y gamas cromáticas, verdes, naranjas, limones, ocres y
rojos que convierten cada lienzo en un territorio repleto de sensualidades y
ritmicas composiciones. Mundos paralelos como se llama alguna de sus obras,
otras son figuras nómadas o viajes marinos, títulos que además de serlo se
convierten en genéricas geografías de esas sensaciones que el universo
abstracto de este creador se permite el lujo de representar. Y digo lujo por
que la empresa es tan arriesgada como fascinante en su conclusión final y
Mingos Teixeira nos fascina con sus obras como lo hará al pueblo mexicano
cuando exponga sus trabajos bajo el sol centroamericano, allí esa luz calentará
sus cuadros haciéndolos crepitar como ese corazón gallego que se esconde tras
cada una de ellas y que, llegadas a México se convertirán en alma. Alma azteca.
Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 7/07/2013
Fotografía Javier Cervera-Mercadillo
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