«Ahí está la poesía: de pie contra la muerte». La frase es una de las más
rotundas, valientes y esperanzadoras que nos han escupido los titulares de
prensa en los últimos tiempos. Bajo la piel tersa del titular se esconde la
dureza del recuerdo, la fuerza de la memoria y el valor de quien hace uso de
los versos para sobreponerse a la agitada presencia de la muerte. Las palabras,
pronunciadas por el poeta argentino Juan Gelman durante el discurso de
aceptación del Premio Cervantes 2007 evocan, desde su propia experiencia, los
rostros que se esconden bajo la opresión de las dictaduras, entre el fango que
se camufla entre los uniformes de los insolentes y exaltados que se rebelan
contra la democracia de sus países.
El poeta vio desaparecer a su hijo y a su nuera a manos de los militares,
rastreando durante años la existencia de una nieta, felizmente aparecida en el
año 2000, y todo ello entre poemas, entre gritos desesperados de una sinrazón
domesticada verso a verso. ¡Qué difícil debe ser escribir entonces en renglones
rectos, cuando todo está torcido! ¡Qué sufrimiento el ver desde el destierro
que nada cambia durante años de oscuras losas! Entre críticas y salivazos
andamos recuperando todavía hoy esa memoria histórica que tantos se preocuparon
de ocultar, de tapar como se tapa lo que nos avergüenza, pero con lo que ellos
no contaban es con que la poesía permanecería erguida, imbatible ante la
inconsciencia humana. Gracias a la fuerza de un hombre que recuperó, desde la
memoria, parte de su vida. Una vida contra el olvido a través de la tenaz
resistencia de la poesía.
Publicado en Diario de Pontevedra 16/01/2014
Imagen: Juan Gelman recibe el premio de la Asociación de Escritores en Língua Galega en el año 2010
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