'Sueños y Pan’, es el título del nuevo
trabajo musical de Xoel López, mientras que ‘Bailarás cometas bajo el mar’ es
el primer poemario que el creador coruñés publica para comenzar de esta manera
el nuevo año a partir de una efervescente actividad y que, a la vista de lo
aquí escuchado y leído, vislumbra un año repleto de aplausos.
Esta manera de entrar en la década de
los cuarenta visibiliza un momento de madurez, un estado de esos que se dicen
de gracia a la hora de enfrentarse a la creación. Si hablamos de ‘Sueños y
pan’, sus diez canciones son fantásticas, cada una con sus matices, pero
deslizándose por diferentes emociones que balizan la trayectoria vital de su
creador. Letras y músicas que enseguida te seducen y que en muchos casos te
obligan a escuchar temas como ‘Insomnio’, ‘Madrid’, ‘Serpes’, ‘Lodos’ o ‘Durme’
de una manera casi enfermiza. Sí, han leído bien, dos títulos en gallego, dos
maravillosas canciones que plantan a Xoel López en dos territorios íntimos, el
de la memoria y la fisicidad de su paisaje natal; y el de los sentimientos tras
ser padre, ambas escritas desde el valor y el orgullo de cantarlas en gallego
en un disco que llegará a muchos rincones y la comprobación de cómo esta lengua
tiene cabida también a la hora de plantear temas de éxito en la trayectoria de
un cantante de primer nivel.
‘Bailarás cometas bajo el mar’ es el
hatillo de poemas que ha publicado la editorial Espasa dentro de esta
ebullición poética de muchos de los cantantes del panorama nacional. Una
ebullición de la que uno no es muy partidario, ya que la seriedad de la poesía
debería conducirse por otras experiencias y hago mías las palabras de un buen
amigo de Xoel López, Iván Ferreiro, quien, en Pontevedra, en la presentación
del libro recientemente escrito por Arancha Moreno sobre su obra, también dudó
públicamente de esta faceta de muchos de sus colegas.
Pero este poemario de Xoel López tiene
cosas, tiene un pellizco que te seduce en muchos momentos y reconoces esa
dimensión de la poesía que es la que se pretende en la emoción de la palabra.
En la poesía las palabras deben pesar, deben tener tras ellas una carga que a
veces no llegas a comprender pero que te emociona. La mayoría de los cantantes
metidos ahora a poetas presentan una levedad en sus escritos que poco o nada
tiene que ver con esto, y sí más con alguna letra de canción de poco fuste o un
estribillo con forma de tweet de medianoche. Pero cuando buceas entre estas
cometas te encuentras con esto: «Cuando no quieren salir las palabras,/me
limito a mirar por la ventana/y ver las otras ventanas/y las ventanas dentro de
las ventanas/y dentro de mí, aún más ventanas./A veces, cuando no/quieren salir
las palabras,/sólo tienes que abrir una ventana». Y es esa necesidad de abrir
una ventana mediante la poesía la que te seduce en este poemario, seguramente
lleno de dudas y de miedos, a cargo de quien no necesita de estos pantanos para
ganarse a un público fiel a él desde su música como pocos autores. Pero ese
deseo de voltear las palabras de sacarlas de una canción y ponerlas sobre papel
merece más de un aplauso. Así que, junto a su «sueño de ciervos y lobos
blancos» o a «cando as anduriñas bailen cos morcegos», que brotan de sus nuevas
canciones, tenemos el vértigo de la poesía como una ventana más desde la que
Xoel López se asoma a la vida, precisamente allí donde: «No hay espacio para la
poesía,/pero está en todo y todo lo alcanza».
Publicado en Diario de Pontevedra/El Progreso de Lugo 3/01/2018
Fotografía: Jessyca Ocampo
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