martes, 20 de xullo de 2021

Círculos íntimos

 

[Ramonismo 76]

María Folguera nos propone un inteligente texto que, desde la novela, recupera a varias de nuestras mejores escritoras



HAY textos que desde una perspectiva literaria se proyectan en diferentes direcciones que convierten un relato en algo mucho más amplio que enriquece al lector y le invita a adentrarse en otras realidades. Esto es lo que nos sucederá si nos citamos con ‘Hermana (Placer)’, la propuesta narrativa que, editada por Alianza, hace de su autora, la escritora y dramaturga María Folguera, una especie de médium que convoca la presencia de varias de nuestras mejores escritoras desde una nueva perspectiva que reivindica un feminismo ensombrecido por años insensibles.

Nombres como los de Rosa Chacel, Elena Fortún, Carmen Martín Gaite, María Lejárraga, Carmen Laforet, Ana María Matute (todas ellas ya fallecidas) y Elvira Lindo, conforman a partir de sus obras y vidas un itinerario que se esboza en la pretensión de la protagonista de configurar una ‘Enciclopedia de Buenos Ratos de Escritoras’ que, por un lado se han visto, como es habitual con la presencia femenina, orilladas de los cánones literarios y, por otro, siempre sometidas bajo una pátina opresiva, limitada por esa mirada dominantemente machista que no permitía exaltar más que lo literario y casi siempre como un esfuerzo. En esa perspectiva de análisis de la mujer escritora a lo largo de la historia María Folguera coloca ante nuestros ojos esos casos de autoras en las que, por encima incluso de su obra literaria, mayúscula en nombres como los de Virginia Woolf, Alejandra Pizarnik o Sylvia Plath, la gloria parece habérsela concedido sus finales trágicos o sus problemas mentales.

Una mirada misógina que María Folguera voltea a través de un relato brillante en el que no se cae en el panfleto y que busca enfrentar a los instantes de gozo o de placer que se dan en esas autoras, no tan grises como se nos ha querido hacer ver, a excepción de Elvira Lindo que hace de su vida y obra una feliz exaltación de la existencia sin esa justificación permanente que en los tiempos en que vivieron sus colegas debían encontrar para no sentirse señaladas por la sociedad. Maria Folguera, además, convierte esa elaboración enciclopédica a través del acercamiento a esas autoras en parte de su propia vida dedicada a la creación, a una actividad relacionada con la gestión teatral y, como todo ello entronca con aspectos de lo cotidiano, como la maternidad, las relaciones de pareja o la amistad. Una evocación desde la actualidad de una serie de situaciones que pueden moverse en paralelo a las de aquellas autoras volcadas en una literatura desde la que daban rienda suelta a sus anhelos, haciendo de sus líneas escritas un respiradero para sus propias vidas cuando no ese «refugio» al que se refería la propia Carmen Martín Gaite en ‘El cuarto de atrás’. Aludía al inicio de este comentario a esa enorme virtud de este libro, como es el de la invitación para acceder a otras lecturas para regresar, cuando no descubrir, la obra de esas autoras demasiado despreciadas por muchos lectores que por no poner ante ellos los cauces adecuados sus libros se han quedado en un olvido necesario de ser superado. María Folguera consigue que querramos descubrir quien era su admirada Elena Fortún, conocer a la escritora pero también a la mujer; lo mismo sucede con otro de esos nombres más desconocidos, como el de María Lejárraga; y leer más de quienes son más conocidas como Carmen Martín Gaite, Carmen Laforet o Ana María Matute, pero sobre todo aproximarnos a sus biografías de una manera diferente, empatizando con su condición de mujer, con esas búsquedas del gozo y el placer, no sólo el sexual, sino todo aquel que la vida podía ofrecerles lejos de las sombras entre las que la historia y la sociedad española ha sido siempre proclive a envolverlas.

La complicidad de nuestra protagonista con todas ellas es la que convierte este ‘Hermana (Placer)’,  en un libro de ficción pero con mucho de real, retazos de vidas que al final van alentando una nueva, la de una escritora que quiere forjar su propio conocimiento a partir del conocimiento de quienes la precedieron en el tiempo, aquellas que afrontaron una tarea titánica como fue la de ser escritoras en una sociedad misógina, enfangada en los rescoldos siempre activos de la Guerra Civil y con un franquismo asfixiante para todo aquello que tuviera relación con la creatividad y más aún si esta procedía de unas mujeres que debían ocultar muchas de sus pulsiones. Qué decir de las relacionadas con la sexualidad o con el lesbianismo, que subyace en varios de sus relatos como estos amparos convertidos en páginas citados anteriormente.

María Folguera nos propone, por lo tanto, un libro que va más allá de ser una novela, es una necesaria recuperación de nombres y actitudes, de esperanzas de mujeres a las que la palabra placer se les negaba como si tuviera que ser algo ajeno a ellas, o por lo menos un elemento que no podía asomar de su círculo más íntimo. A esos círculos accedemos ahora los lectores, como al de la propia autora, en una magnífica lectura.

 

 

Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 17/07/2021


Ningún comentario:

Publicar un comentario