[Ramonismo 94]
El paso del tiempo hace de ‘Un mentido color’, el nuevo libro de poemas de Felipe Benítez Reyes, un reloj de la palabra
¿CÓMO se escribe el tiempo? se pregunta Felipe Benítez Reyes (Rota, 1960) en el primero de los poemas que hacen de ‘Un mentido color’ un emocionante y perturbador itinerario por el paso de la vida, por el circular de los años y por ese dejar de ser, al que se refiere en el poeta en uno de sus textos. Es la evidencia del desgaste que todos sufrimos y que cuando la balanza comienza a inclinarse hacia el lado de la línea de meta nos permite una observación más nítida, más sincera y también más íntima de lo que sucede cuando se adivina que aquellas olas de la infancia de una playa de Rota, vuelven a mojar los pies de quien sigue mirando hacia el horizonte con la determinación que nos muestran sus palabras a lo largo de un conjunto de poemas que, como un diapasón, mide los ritmos y las voces de la existencia.
Un maravilloso verde abisal cubre la portada de este nuevo número de la Colección Palabra de Honor del sello Visor de poesía, en una suerte de descenso a una dimensión que hace de ese color razón o causa, como nos explica su autor siguiendo a Sebastián de Covarrubias. Una razón que es quizás la más intensa de nuestra vida, el tiempo que somos o el tiempo que nos queda, si nos refugiamos en la Argónida de Caballero Bonald, a quien junto a Ángel González o Pepe Brines, se dedica este conjunto de poemas donde hay también mucho de ausencia, de cuchilladas que la vida nos infringe en cuanto a la pérdida de los que queremos y admiramos. Junto a ellos sabemos que este libro también se dedica a quien nos dejó de manera abrupta, a quien también estableció en Rota un frontispicio de amor a la vida junto a sus amigos, a una Almudena Grandes que hizo erguir los libros al cielo como una loa al compromiso, a la bondad y a la cultura. Las olas que viene a morir a los pies del poeta son también sus olas, las que proceden de ese Mediterráneo repleto de historias y culturas que nos han conformado a lo largo de los siglos y las que durante tantos años, Felipe Benítez Reyes y la propia Almudena Grandes, han ido domesticando para adentrarlas en sus propios textos.
‘Un mentido color’ es ese fluir de la vida que hace de diferentes paisajes los cuadros de una vida. La emoción de los amaneceres, las lecciones de lo fugaz, instantes que se hacen fuertes en la memoria y que ante el papel emergen con una fuerza inusitada, sabedores de su capacidad para citar al poeta, para convocarnos también a nosotros ante esos segundos ya convertidos en eternos, pese a su aparente intrascendencia, frente a esos gorriones que nos acompañan en cualquier terraza moviéndose entre la casualidad y la inocencia. «Los días no son ya tiempo sino palabras», escribe Felipe Benítez Reyes en el poema de su sesenta cumpleaños, y son esas palabras, precisamente, el salvoconducto para seguir navegando, para seguir estableciendo nuevos horizontes y convertir al navegante en el visitante de otras geografías como esa habitual presencia en sus poemarios de Lisboa, aquí a través de dos sublimes poemas vinculados a Pessoa, poeta fingidor, Bernardo Soares que cuadra las cuentas de una vida que son muchas, entre lunas y abismos sin fondo. Pero también están Venecia, Úbeda o Itálica hecha Venus, itinerarios de la emoción, incapaces de contenerse entre las paredes de un estudio que contiene multitudes, como aquel canto de Walt Whitman.
En esta ocasión las briznas de hierba son arena y mar, pero también temores y dudas ante el medir de los relojes detenidos, ante la evocación de un tiempo que se escurre entre nuestros dedos como un reloj de arena con cada vez menos granos. Los espejos que nos han convocado en poemarios anteriores de Felipe Benítez Reyes ahora ceden su protagonismo a las lunas, lunas que menguan, lunas que palidecen y ceden su brillo a una noche cada vez más lóbrega, a una noche solo salvada desde la memoria como conjuro eterno frente al olvido donde los sonidos de las máquinas de escribir forjarán las palabras que nos explican, las que nos recuerdan lo que somos, pero sobre todo, lo que dejamos de ser.
Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 18/12/2021
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