luns, 28 de febreiro de 2022

Amores diversos

 

[Ramonismo 102]

'El libro de todos los amores’ de Agustín Fernández Mallo es un lúcido muestrario de diferentes tipos de amor y sus dinámicas



ACOSTUMBRAN los libros del coruñés Agustín Fernández Mallo a ser espacios de lectura y reflexión en los que se citan numerosos elementos que van más allá de lo meramente literario. Un cruce de caminos de diferentes vías humanísticas que cuando convergen generan una serie de textos llenos de recovecos, de lugares desde los que observar nuestra realidad desde una mirada nunca única, sino diversa y, como tal, enriquecedora, no solo del propio texto, sino de la lectura a la que se enfrenta un lector entendido como cómplice y no como un mero espectador.

Filosofía, física, poesía, ensayo... se aúnan en esta ocasión para poner luz sobre eso tan complejo, pero tan singular, y definitorio del ser humano frente a otras especies, como el amor y sus diferentes variantes. Tantas que, siguiendo las posibilidades planteadas por ‘El libro de todos los amores’ (Seix Barral), uno entra casi en un frenético análisis de lo que le ha tocado vivir y de cómo posicionarse ante lo que le resta. Es la gran riqueza de esa visión tan pegada a una realidad en la que se vinculan, no solo experiencias sino también un proceso analítico de estudio de un sinfín de cuestiones que se plantean en nuestras vidas, que matizan nuestras conductas y que relativizan, desde un interminable listado de condiciones, nuestras relaciones de pareja.

Todo ello proporciona una lúcida mirada a los diferentes contextos amorosos, algunos inimaginables desde la cotidianeidad de nuestros afectos, pero que aquí se establecen desde una lectura que se bifurca en dos itinerarios. Por un lado la historia de una pareja que en Venecia propicia con sus encuentros, y en ese contexto tan determinado, en absoluto casual, toda una suerte de deambulaciones sobre lo físico de la ciudad, pero también sobre lo humano que se encierra en el interior de cada uno de ellos y donde tanto él, un profesor inmerso en un año sabático y ella, una escritora que trabaja en un ensayo sobre el amor, generan una dinámica en su relación que viene a simbolizar o a representar buena parte de lo que se plantea en esa otra vía, la de una serie de diálogos entre Él y Ella, entre un hombre y una mujer,que se hacen preguntas y se ofrecen respuestas. Dos realidades que analizan, desde esas formas pronominales, lo que nosotros mismos nos podríamos plantear con nuestras parejas y que pocas veces hacemos como una manera de dejar un rastro en la vida, creando esos surcos que, como el propio Agustín Fernández Mallo escribe: «todos los objetos del mundo tienen en sus superficies surcos y microsurcos, y ante los que sólo hace falta dar con la aguja que pueda extraerles el sonido para que nos cuenten su historia». Personas u objetos, todo lo que forma parte del devenir de la existencia va a ir generando en su vida esos surcos en los que se contiene lo que somos y donde, como en un disco de vinilo, poder escuchar toda una melodía que nos define a cada uno de nosotros.

Así es como todos esos diálogos, como cada uno de esos encuentros, bajo el infinito abrazo del amor y sus diferentes posibilidades: Amor cristalizado, Amor epidérmico, Amor étnico, Amor internet profundo... y así podría seguir durante muchas líneas más, siguiendo el relatorio del autor, son un campo abonado para la reflexión, que se completa tras la pregunta-respuesta que nos encontramos en diferentes partes del libro como alternativa al relato veneciano y que debemos entender también como una suerte de esperanza, como la manera de hacer ondear una bandera de paz entre el caos de una realidad que, precisamente esta semana nos ha dado muestras más que evidentes de nuestro apego al fracaso como colectivo, y es que quizás solo desde el amor se pueda albergar un gen positivo, y la manera de establecer un nuevo paradigma de mundo. Quizás ese empeño sea toda una distopía, pero convendría también reflexionar sobre si ya nuestro tiempo no lo es. Una distopía anclada en nuestra fragilidad y donde lo único que nos puede hacer fuertes es el amor.

 

 

Publicado no Diario de Pontevedra 26/02/2022


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