domingo, 24 de marzo de 2013

Cadenas


Pocas cadenas hay tan firmes y reconfortantes como las que nos ofrece la literatura para aferrarnos a libros y escritores, a recomendaciones que un día se cruzan en tu vida para acercarte aquello que hasta hace solo unos segundos era desconocimiento. Esas cadenas tampoco entienden de fronteras o distancias, simplemente se encuentran flotando en el aire, como si de los verdes cronopios de Cortázar se tratase, en busca de un acogedor abrazo. Anillos que nunca sabes de dónde pueden salir. Los últimos residen en el ciberespacio, un invento que, en su uso apropiado, es el gran avance de nuestro tiempo y lo hacen en forma de ideas, contactos con autores o pistas que buscan adentrarte en mundos literarios por los que nunca antes habías transitado. Así me engancho al blog de Antonio Muñoz Molina para conocer las impresiones diarias de su vida en Nueva York, entre postales de Manhattan y clases de literatura. Apuntes de un cuaderno de bitácora en el que últimamente han aparecido títulos como ‘Otra vuelta de tuerca’ de Henry James o ‘Los adioses’ de Onetti, relatos que nunca había leído en una ignorancia ante la que siempre dudo si lamentar o alegrarme de ella, ya que su existencia me permitirá realizar un maravilloso descubrimiento. Dos en esta ocasión, dos cadenas que nos unen a través del océano de la literatura.

Publicado en Diario de Pontevedra 23/03/2013

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