EL 22 de junio de 1940 se firma el armisticio entre el ejército aliado y
las fuerzas armadas alemanas. Desde ese momento y hasta la liberación en junio
de 1944 con el desembarco de Normandía el territorio francés se dividirá entre la Francia ocupada, dirigida
directamente por el nazismo y la
Francia libre, también conocida como el régimen de Vichy, de
carácter totalitario y colaboracionista con la Ocupación. Francia
se veía así dividida en dos grandes partes, pero sobre todo se veía presa del
desánimo y la opresión física y mental de las tropas de Hitler.
Esa Francia es la que había visto, en las décadas inmediatamente
anteriores a estos hechos, como en su seno afloraban los grandes artistas del
momento a nivel mundial. Los ecos fauvistas, cubistas, surrealistas, futuristas
o dadaístas habían hecho de París la gran capital del arte a nivel mundial,
cuestión que no remataría hasta el término de la guerra.
En esos años nada volvió a ser igual y fueron muchos los artistas que no
entendían el cariz que tomaba esa situación . Así, historia y arte convivirán
durante unos años, nueve, en concreto,
que son los que se encierran en la cronología que da soporte a esta
exposición (1938-1947), tan necesaria como aclaratoria de ese periodo de la
historia del arte. “Una forma de hacer
la guerra a la guerra”, como se dice en el catálogo de la muestra, que nos va a
permitir recorrer esos años en los que
el arte y los artistas no se van a amedrentar y explotarán nuevas experiencias
que aplicar a su trabajo y a sus propias ideas, para seguir configurando un
universo plástico singular que les convertirá en eternos, por encima de las
sombras que acechaban ese momento.
El recorrido se ofrece como extremadamente completo, a través de puntos
clarificadores como el marco histórico en el que todo sucede, el gusto oficial,
la impronta del Surrealismo, el arte surgido de los campos de concentración,
los artistas del exilio, las referencias de los grandes creadores, el genio de
Picasso, la liberación de París, los traumas de la guerra o la rebelión contra
el canon establecido y para ello serán más de quinientas obras pertenecientes a
un centenar de artistas la que se exhiban. Un listado descomunal para una
exposición que marca un antes y un después en la aproximación a este territorio
casi virginal, y al que nunca antes se ha aproximado nadie de manera tan
global.
Bonnard, Calder, Dalí, Dubuffet, Dufy, Ernst, Giacometti, Kandinsky,
Klee, Léger, Magritte, Matisse, Picasso, Miró o Tanguy son solo algunos de los
nombres que nos esperan en el museo bilbaíno en un encuentro que reafirma las
palabras de Orson Welles en boca de Harry Lime en ‘El tercer hombre’: “Tú sabes
lo que ha dicho ese individuo: Italia, durante treinta años, bajo los Borgia,
tuvo guerras, terror, asesinatos y derramamiento de sangre... pero produjo a
Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza tuvieron amor
fraternal, quinientos años de democracia y paz. ¿Y qué produjo? ¡El reloj de
cuco!”.
Publicado en Diario de Pontevedra 24/03/2013
Imagen:
Charlotte Salomon (1917–Campo de concentración de Auschwitz,
Polonia, 1943)
Sin título (4917), 1940–42
Gouache sobre papel
32,5 x 25 cm
Charlotte Salomon Foundation, Joods Historisch Museum, Ámsterdam
© Collection Jewish Historical Museum, Amsterdam
© Copyright Charlotte Salomon Foundation
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