José Luis Esteban y Eva
Sánchez son los participantes de la doble muestra fotográfica que hasta el 22
de junio podemos visitar en la Galería About-Art en la pontevedresa calle
Pasantería. Una exposición que comienza un intercambio que semeja muy
fructífero con la madrileña galería Montsequi, en la cual mostrará sus trabajos
el artista gallego Santi Vega, muy ligado a la galería de nuestra ciudad en la
que ya exhibió sus obras. La fotografía será la protagonista a través de la
diversidad de estas dos miradas entre la naturaleza y el ser humano.
La fotografía como medio de expresión, como discurso artístico a través
del cual intentar comprender este mundo tan falto de explicaciones. Tanto José
Luis Esteban como Eva Sánchez realizan trabajos muy diferentes que se enfrentan
en una feliz convivencia a los territorios del paisaje. El primero de ellos a
través de un paisaje físico, una mirada hacia diferentes escenarios de la
naturaleza llenos de una calma plagada de trascendencia. Una aproximación
panteísta que deja nuestra visión flotando sobre unos escenarios repletos de
sosiego que se transmiten al espectador. Y empleo la palabra flotando por la
atmósfera que el autor es quien de lograr con una fotografía muy pictórica, en
la que las brumas y ese instante tan preciso de un cierto momento del día son
el gran potencial para crear esas sensaciones, a lo que se le une, en muchas de
las obras, la ausencia de seres vivos que multiplican esa soledad que gusta de
presentar José Luis Esteban.
Otro paisaje, en este caso humano, es el motivo que impulsa la mirada de
Eva Sánchez. Sus fotografías cambian la larga distancia por el plano corto,
figuras que se echan encima del espectador a través de unos primeros planos de
rostros y manos, una exploración del ser humano y de sus inquietudes, pero
también de sus miedos y fragilidades, de su dolor e inseguridad. Estamos ante
unas imágenes en las que la luz tiene un papel protagonista, ¿en qué fotografía
no la tiene? pero en este caso es un elemento más de tensión, de enfrentamiento
que impulsa esa relación complicada que la fotógrafa plantea con su modelo y a
partir de ella con el espectador.
Dos miradas que, enfrentadas, pared con pared, nos llevan a posicionarnos
entre la inmensidad del universo y la complejidad del ser humano. Una relación
de espacialidad que, pese a la aparente distante conexión entre ambas, algo que
iría en demérito de la muestra, se convierte en un acicate para intentar
calibrar como actuamos en medio de esas dos magnitudes. Lo que está claro es
que la comodidad reside en situarse en ese mirador de cara a las brumosas
conexiones con la naturaleza, con ese sosiego espiritual que destilan cada una
de ellas como una forma de mirar, y también de fotografiar, dotadas ambas de
una gran singularidad. Por otra parte, ir recorriendo con la mirada a todos
esos personajes, angustiados, atrapados en una lucha de fuerzas con manos que
los sujetan y hasta presionan, como impidiéndoles ejercer su libertad, se
convierte en un contraste con lo
anterior. Una enriquecedora lucha de miradas que parte de dos paisajes tan
imprevisibles como fascinantes en los que apenas parece existir una salida,
quizás, la única venga dada por esas escaleras en las que dos mujeres parecen
querer huir a la carrera, cuando lo único que van a conseguir es internarse en
un laberinto. Pero eso solo lo sabemos nosotros, los que estamos al otro lado
de su vida, los que como un Dios tenemos la posibilidad de ver lo que sucede
ante nuestros ojos desde una atalaya privilegiada, esa en la que el artista nos
sitúa para observar así nuestro mundo. Un entorno al que el arte pretende
siempre dar respuestas, no siempre lo consigue, pero lo que sí logra es abrir
las ventanas de la imaginación y desde ellas todo suele ser diferente.
José Luis Esteban y Eva Sánchez abren las suyas para que miremos y
entendamos el mundo tal y como ellos lo entienden. Eso es el arte. Ni más ni
menos.
Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 16/06/2013
Fotografías Alba Sotelo
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