Marcos Giralt Torrente gana el primer Premio Strega Europeo. Una novela emocionante e impactante sobre la que rescato una columna publicada en el año 2010.
Nuestro tiempo de vida está
medido. Limitación cronológica de una especie con fecha de caducidad. Tránsito
por un territorio lleno de abruptas cordilleras y apacibles valles, subidas y
bajadas en una existencia marcada por las relaciones con nuestros semejantes.
No siempre conseguimos lo que esperamos, posiblemente nunca estemos contentos
con nuestra situación y muchas, quizás demasiadas veces, equivoquemos nuestra
escala de valores anteponiendo cuestiones superficiales a lo realmente
importante, el ser humano. El escritor Marcos Giralt nos ofrece toda una
lección sobre esos valores en su última novela, ‘Tiempo de vida’, un descarnado
relato escrito desde unas entrañas que quedan a la vista en un proceso de
expiación personal que también sirve al colectivo como brújula de unas
experiencias ofrecidas de manera sincera y sin concesiones. Literatura en
primer grado sobre la relación entre un padre y un hijo con la muerte del
primero como catarsis de unos hechos que les distanciaron previamente.
Confesiones al amparo del dolor, pero también terapéutico reconocimiento de una
relación que, por compleja que sea, siempre deja abierta una necesaria puerta a
la esperanza. Marcos Giralt nos sitúa ante una de las lecciones más necesarias
de la vida, la que permite asemejar este camino a un ring de sentimientos.
Publicado en Diario de Pontevedra. Agosto de 2010
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