Rue Saint-Antoine nº 170
Fotografía. La galería About-Art, en
sus instalaciones de la calle Pasantería de Pontevedra, nos ofrece uno de esos
maridajes que solo el arte puede alcanzar. El fruto de un trabajo conjunto de
varios años de encuentros, ideas, sueños, imágenes... que se posan ante la
cámara de Miguel Vidal y que tras el aporte de Lena Panciuc ofrecen una nueva
vida.
Hace tres años que una joven rumana,
Lena Panciuc, llegó a Pontevedra gracias a un programa Erasmus. El fotógrafo
pontevedrés Miguel Vidal la conoce y la emplea como modelo para algunas de sus
fotografías. La relación se afianza y el fotógrafo advierte en ella, pese a su
juventud, una enorme riqueza artística. Dibujo, grabado, danza... son algunas
de sus habilidades y las que poco a poco van convergiendo en los intereses
fotográficos de Miguel Vidal como una inspiración capaz de engrandecer el
trabajo de este extraordinario fotógrafo de nuestra ciudad. El fruto de ese
encuentro entre artistas, y que en base a sus componentes vitales, diferencias
generacionales o inquietudes podría parecer sumamente alejadas entre sí, es el
que podemos contemplar hasta el 8 de mayo en la galería About-Art de
Pontevedra. Un conjunto de fotografías seleccionado como una ínfima parte de
las más de diez mil imágenes tomadas a lo largo de esos tres años, y
esculturas, en perfecto diálogo con las imágenes, en las que se condensa la
materialización del universo onírico de Miguel Vidal.
Todo gira en torno a esa mujer
elegida como musa, y no solo como inspiración, sino también como reencarnación
de una especie de personaje que en sueños aborda la mente creadora de Miguel
Vidal. Corporeizar aquello que se sueña, sintetizar en el cuerpo de una mujer
ese viaje íntimo desde las ideas a los sueños, es el gran reto del fotógrafo
que ve como esa musa en vez de simplemente ser una pose es una prolongación de
ese deseo suyo por captar un pensamiento.
Se convierte desde ese momento en una
especie de defensa, un personaje que funciona como un escudo frente a una
realidad a la que hay que distraer ocultándose, generando máscaras que nos
defienden de esa realidad tantas veces incómoda. Entrar en esta exposición es
formar parte de los sueños de Miguel Vidal y también de una complicidad entre
dos creadores en plena efervescencia. Una sintonía capaz de provocar todo un
discurso artístico que parte de la fotografía pero que se evade por otros territorios
como lo puedan ser el de la escultura o el de la poesía. Junto a esas imágenes
y al lado de de esas piezas, están dispuestas una serie de poemas escritos por
Lena Panciuc ya desde la
Rumanía a la que ha regresado. Poemas que, con títulos como
‘Accesorios para convertirse en una musa’, ‘Ingredientes para una foto’, ‘Cara
a cara’, ‘Hogar’, ‘El tiempo’, ‘En el cuarto’ o ‘Ensimismamiento’ reflexionan
sobre ese contacto entre ambos creadores, todo un proceso de diferentes
vaivenes, de silencios y procesos. De tensiones y agotamientos... de una
relación que, como un proceso temporal, se va mostrando en las diferentes
fotografías de la exposición que se han seleccionado como mapa de ese proceso a
través de imágenes del comienzo de la relación, de un punto intermedio y las
últimas fotografías realizadas.
‘Cara a cara’, que es cómo se titula la
exposición, acaba siendo una especie de enseñanza sobre aquello en lo que puede
derivar una relación entre dos creadores, una síntesis hoy en día demasiado
abandonada quizás por los egoísmos propios, cuando a buen seguro Miguel Vidal
aprendió mucho de Lena Panciuc y Lena Panciuc lo mismo de Miguel Vidal, y
revalida algunas otras relaciones entre creadores con felices consecuencias y
aportaciones al mundo del arte. ¿Quién no recuerda parejas que también se
movieron alrededor de la fotografía como la de Man Ray y Lee Miller? Dos
talentos que llevaron su virtuosismo hacia una experimentación común, una
retroalimentación de sus propios idearios que se vieron reabastecidos con los
componentes de su colega de exposición.
Las horas en el estudio y el contacto
entre dos personalidades son siempre vivero para resultados fascinantes. Leer
esos poemas como el diario de una travesía sin un destino fijado de antemano,
mientras se ven las diferentes series de imágenes es un ejercicio fascinante,
lo que convierte esta exposición en un interesante reto para el espectador que
se ve inmerso, una vez que entra en About-Art, en lo que se convierte en un
triángulo de obsesiones. Y dentro de ese triángulo, al observar las imágenes,
detectamos aspectos como los derivados del miedo, la necesidad de una
protección, la soledad, la inocencia, el paso del tiempo... a través de una
imágenes técnicamente impecables en las que Miguel Vidal es capaz de corporeizar
todo ese universo onírico, un feliz cauce de expresividad que Miguel Vidal se
ha empeñado en recuperar para que sea visible una vez convertido en discurso
artístico.
Como ese libro que se retuerce en sí
mismo, con sus páginas blancas, vacías de contenido, presente solo la mancha
del vino derramado como rastro humano, como exaltación de la presencia común de
los dos protagonistas, pues así la vida se va también configurando, curva a
curva, página a página, en las que poder plasmar esas existencias que van de lo
vivido a lo soñado, dos universos que forman parte de uno solo y cuya relación
pocos, como los artistas, son quien de sintetizar en un discurso elaborado que,
además, como en este caso, se convierte en belleza, a buen seguro el fin último
de Miguel Vidal y tantos otros creadores. La reconfortante belleza.
Publicado en Diario de Pontevedra 04/05/2015
Imágenes. Miguel Vidal
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