La poesía como
brújula, la poesía como indagación sobre uno mismo, es la base del
nuevo libro de Raquel Lanseros
NO
LA CONOZCO personalmente y, sin embargo, ¡la conozco tanto! Pocas
acciones artísticas te permiten rastrear de una manera tan intensa a
su autor o autora como la poesía. Más aún si, como en este caso,
la poeta, Raquel Lanseros, hace de su obra un territorio íntimo
desde el que asomarse a esa patria que todos tenemos y que somos
nosotros mismos. Cuerpo y alma cuyas fronteras la vida va ensanchando
desde el silo de las experiencias que se tornan en verso, en esta
‘Matria’ (Editorial Visor) que transustancia la autora como
título de este poemario en el que todo es búsqueda, indagación de
un origen y de unas raíces que amparan a la persona frente a los
embates de la vida.
Raíces que a medida
que uno va leyendo versos, pasando páginas, recorriéndolos con los
propios dedos, deteniéndose a pensarlos... se convierten en tronco y
ramas. En sustento visible de aquello que era invisible, de lo que se
movía bajo tierra, pero que ahora, gracias a la palabra, se
visibiliza ante todos nosotros, no sólo desde la belleza, sino desde
la contundencia de su contenido. Hoy, que vivimos demasiada poesía
líquida, tantas palabras etéreas que se evaporan a base de clics en
las redes sociales, la poesía de Raquel Lanseros pesa, y lo hace a
partir de la memoria, desde la contundencia del compromiso con esa
palabra que todo lo señala, que todo lo hace físico para que
podamos calibrarlo de una manera precisa.
Por los poemas de
Raquel Lanseros cruzamos todos nosotros, aunque la poeta hable de sí
misma, de su experiencia, del origen de todo lo que ella es, de
tiempos y espacios, de herencias del pasado y de un futuro en el que,
como apunta en el remate del poemario, «todo vuelve a empezar». Si
nos situamos en el principio, donde germina este libro, nos
encontramos toda una declaración de intenciones de la autora al
traernos las palabras de otra poeta, de nuestra Rosalía de Castro:
«No, no puede acabar lo que es eterno,/ni puede tener fin la
inmensidad». Ella, que hizo de la poesía descripción de la mujer,
salvavidas ante la negra sombra, y expresión de unos sentimientos a
los que la sociedad de su tiempo no estaba demasiado acostumbrada.
Pues de esa otra matria de la poesía es de la que inteligentemente
parte Raquel Lanseros, convocándonos a ese caminar por padres,
naturaleza, infancia, viajes, guerras, caricias, tristezas, perros,
lenguajes y senectudes, como auténtica celebración de la
existencia.
«¿Quién es capaz de
nacer más de una vez?», es una de las numerosas preguntas que nos
reciben dentro del primer poema del libro. Un rosario de cuentas que
ir separando a medida que pasamos las sucesivas páginas que nos
esperan tras él. Preguntas que nos explican a la espera de las
respuestas, a la expectativa de sintetizar nuestra esencia, aquello
que alienta todo este texto convertido en un viaje sin naufragio que
busca entendernos de otra manera, poner el punto de vista en ese otro
lugar al que no estamos acostumbrados, siempre mirándonos de frente en los espejos que la vida sitúa ante nosotros.
Y es que si algo logra
la poesía es focalizarnos de otra manera, aportar, desde la palabra,
la contundente sensación de que somos una casa en construcción, una
momentánea eternidad.
Publicado en Diario de Pontevedra 13/02/2019
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