Fernando Aramburu
nos presenta un puñado de poemas para que sintamos la capacidad de
la poesía para desencadenar experiencias
SÍ,
FERNANDO Aramburu, el autor de ‘Patria’. Pero antes de ‘Patria’
y después de ‘Patria’ hay toda una vida volcada en la palabra,
en la escritura, pero también en la lectura. Y son, precisamente
esas lecturas, las que pone ante nosotros este autor amante de la
poesía y de su capacidad para provocar la catarsis en el lector,
seleccionando cuarenta poemas y otros tantos autores para
reflexionar, a partir de uno de sus poemas, sobre esas posibilidades
de la poesía para provocar el pellizco, para suscitar la emoción,
para redimensionar nuestro mundo.
‘Vetas profundas’,
editado por Tusquets (¡felicidades por estos cincuenta años de
libros!) compila esa selección de poemas de grandes de nuestras
letras acompañados por un comentario de Fernando Aramburu, en unos
textos que ya fueron publicados en el suplemento cultural
‘Territorios de la cultura’ en el periódico ‘El Correo’.
Ahora, aquí agrupados, bajo una cuidada edición, conforman un todo,
un hatillo al que volver de vez en cuando para comprender la poesía
como un itinerario de vivencias y sensaciones, como un diapasón de
sentimientos que emergen de la palabra escrita, de la imagen
provocada, del abisal silencio del interlineado, en definitiva, del
poema como océano para la navegación del lector.
Así es como Fernando
Aramburu dispone una procesión de autores que van de Garcilaso de la
Vega a Pablo Neruda, de Rubén Darío a Gil de Biedma, de Luis de
Góngora a Francisco Casanova, de Quevedo a Miguel Hernández, y así
se conforma una Santa Compaña que con sus poemas ponen luz allí
donde suele haber oscuridad. Fernando Aramburu vincula cada uno de
esos puntos de luz seleccionados con su propia vida, con ese momento
en que se depositaron ante su vista para ser ya una mirada permanente
hacia la poesía. Esa mirada se vuelve compartida en una acción
impagable para el lector que regresa a palabras ya conocidas y
descubre otras que ya forman parte del viaje. Junto a los poemas, las
palabras de Fernando Aramburu, con su prosa clara, aquí didáctica,
completa textos y autores explicando muchas de las variables que se
esconden bajo la obra y la vida de todos ellos.
Nuestro
paisano, el ourensano, José Ángel Valente, decía que «el poeta
tiene que vaciarse de su yo», desprendiéndose así de la carga
íntima para poder leer el universo. Esta frase inicia la entrada en
el libro de otro poeta inmenso, afortunadamente en proceso de
legitimación de su obra, Juan Ramón Jiménez, que según Fernando
Aramburu procedía a la manera contraria. Ese equilibrio entre el yo
y el todo, es lo que va a marcar la obra de los poetas, el alambre en
el que hacer equilibrios para proponer un verso, para descifrar la
realidad como una suerte de terapia. Y es que la poesía tiene mucho
de eso, de alivio ante el luto, incluso de bálsamo ante la excesiva
felicidad que ciertos sentimientos nos conceden. Entiendan la poesía
como una medicina y en estas noches de verano hagan como este lector
e ingieran una de estas propuestas, de verso y prosa, antes de
acostarse, les auguro un efecto beneficioso desde la primera toma,
desde que la poesía se haga sitio en su interior y les convierta en
seres mejores.
Publicado en Diario de Pontevedra 10/07/2019
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