Rue Saint-Antoine nº 170
Poesía. La editorial Kalandraka renueva su apuesta por la poesía con la publicación de dos importantes y necesarios libros. Una selección de doce poemas de Antonio Machado, con ilustraciones de Pablo Auladell, y el famoso discurso pronunciado por Federico García Lorca en la inauguración de la biblioteca de su pueblo, Fuentevaqueros
"Mataron a federico cuando
la luz asomaba», escribió Antonio Machado en su poema ‘El crimen fue en
Granada’. Dos de las cumbres de la poesía mundial se cruzaron en ese verso como
ahora lo vuelven a hacer con la publicación por parte de la pontevedresa
editorial Kalandraka de dos libros de esos que se pueden definir como
imprescindibles en cualquier estantería, en cualquier alma. El primero de ellos
una selección de doce poemas de Antonio Machado, sólo doce poemas, pero qué
poemas. Doce alumbramientos a la luz de la razón y la sensibilidad, doce
cánticos de humanidad entre el limonero de la infancia y esos cielos azules del
final. Y por si fuera poca la importancia literaria de esos versos, todos ellos
se sienten acompañados de su plasmación artística a través de las obras de
Pablo Auladell. Ilustraciones de una emocionante calidad, capaces de condensar
las palabras del poeta sevillano en un redescubrimiento por parte del
ilustrador de la esencia del creador de ‘Soledades’. Una esencia que se
concentra en esa infancia sevillana, en un patio, en una fuente, o en un
limonero. En definitiva, en una infancia congelada en el tiempo que sólo la
poesía es quien de descongelar desde el escalofrío en la piel.
Y
ese estremecimiento aquí son doce poemas que nos llevan a un itinerario por el
discurrir vital del poeta. ‘He andado muchos caminos’, ‘Pegasos, lindos
pegasos’, ‘Recuerdo infantil’, ‘Las moscas’, ‘Guitarra del mesón’, ‘Parábolas’,
‘Proverbios y cantares’, ‘La saeta’, ‘A un olmo seco’, ‘La plaza tiene una
torre’, ‘El crimen fue en Granada’, ‘Retrato’. Todos cumbres poéticas, todos
retazos de una emoción incontenible que sólo la palabra mayúscula de un poeta
mayúsculo es capaz de accionar. Sevilla, Soria, lo popular, todo ello converge
en esta selección de poemas que son ese tránsito por la vida y que Kalandraka
ha aproximado inteligentemente a la infancia, como parte esencial en la
producción de esta editorial.
En
pocos vates el peso de esa edad es tan contundente y se manifiesta de manera
tan continuada. «Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla», o ese
último verso encontrado tras su muerte en su gabán, escrito en un papelillo:
«Estos días azules y este sol de la infancia», son el rastro de una infancia a
la que siempre estuvo pegado como debe hacerlo el poeta ante todo aquello que
se considera auténtico, ante toda verdad que la vida dispone para su canto.
El segundo de los libros es la publicación en las cuatro lenguas del Estado del
famoso discurso pronunciado por Federico García Lorca en la inauguración de la
biblioteca de su pueblo natal, FuenteVaqueros, en 1931. Aquellas palabras,
tituladas ahora con su rotunda petición de ‘Medio pan y un libro’, es un
cántico emocionado destinado a la cultura, y a la necesidad, sin duda vital,
que el ser humano precisa de ese alimento, porque así lo entiende en poeta al
afirmar que cuando la necesidad le obligue no pediría sólo pan: «Yo, si tuviera
hambre y estuvera desvalido en la calle no pediría un pan, sino que pediría
medio pan y un libro».
Todo
el discurso es una fervorosa aclamación del valor y el sentido de la cultura, y
aquí debemos entender el momento en el que fue pronunciado, en una España con
un secular atraso que comenzaba a superar miserias colectivas desde la
proclamación de la República, y en un intento febril, por parte de muchos,
entre ellos el propio Lorca, por llevar la cultura a espacios de nuestra
geografía con un gran atraso cultural bajo ese proyecto bien conocido de las
‘Misiones pedagógicas’. Pocos discursos podrán encontrar más emocionantes que
el del granadino, palabras de quien conoce la importancia del saber como
elemento regenerador del ser humano y como el mejor camino para alcanzar en la
persona su mejor versión. Palabras que en su versión gallega proceden de la
traducción realizada por Henrique Alvarellos, editor que sigue impulsando
acciones a favor del conocimiento de la pegada gallega en el devenir lorquiano.
Antonio
Machado y Federico García Lorca, dos genios universales a los que Kalandraka
honra con las cuidadas ediciones que siempre salen de la factoría pontevedresa.
Dos aproximaciones llenas de sensibilidad, de palabras e imágenes que traducen
lo mejor de la cultura como canal de transmisión e incluso como esperanza ante
un futuro siempre incierto.
Publicado en Diario de Pontevedra 29/03/2020
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