[Ramonismo 52]
'Simón’, el
libro de Miqui Otero, lleva meses, desde su sinceridad y ternura, emocionando a
los lectores
CERRAMOS el
complicado año 2020 con dos libros que impactaron en nuestro sistema literario
como dos meteoritos caídos sobre la faz de la tierra. Uno, el ensayo de Irene
Vallejo, ‘El Infinito en un junco’, cuyo rastro pasó por este Ramonismo allá
por el mes de abril, cuando todo era desolación y caos, y ese junco se hizo
firme rama sobre la que apoyarse; el segundo, es esta novela, ‘Simón’, firmada
por Miqui Otero (Barcelona, 1980), quien a su lugar de nacimiento une unos más
que poderosos lazos, familiares, emocionales y hasta laborales, con nuestra
Galicia.
Desde su
salida de la imprenta de Blackie Books (la misma que estos días reedita en
edición de bolsillo su anterior y también aplaudida novela, ‘Rayos’) esta llama
naranja ha ido alumbrando mentes y acariciando corazones entre los miles de
lectores que la han convertido en una de esas narraciones que marcan un año que,
hablando del año del que estamos hablando, toma un plus de importancia, un
cariz casi de servicio público, por lo que tiene de refugio ante la tormenta,
de guarida ante el naufragio que todos hemos sufrido.
Todo ello
gracias a este cruce de vidas, de experiencias vitales que te engullen como el
reflejo de una historia vivida por uno mismo. Una época, un tiempo que se pega
a todas estas palabras escritas con una naturalidad y en un estado de gracia
que hacen de esta novela ese éxito que no deja de crecer. ‘Simón’ es esa
caricia que todo lector necesita para entender que la vida puede convertirse en
un itinerario literario, con sus picos y sus simas, con sus gozos y sus
lamentos, en definitiva, con esos dientes de sierra que convierten este caminar
por la realidad en una montaña rusa de emociones que son las que nos van
haciendo, las que nos construyen como personas en las que se entremezclan lo
que somos, nuestra identidad, con aquello que viene de fuera, ese hábitat que
nos rodea y que nos modela, desde lo familiar, las amistades, los amores y los
trabajos. También las geografías, que aquí son, por lo tanto, bien importantes,
desde esa Barcelona germinal anclada en el olímpico año clave de 1992 hasta la
Galicia convertida en saga/fuga levitante de Castroforte del Baralla, pasando
por los diferentes escenarios y territorios por los que se mueve esta novela
cuyo argumento es el relato de una vida, la vida de Simón y, pegada a ella, la
de su primo, y la de Estela, y la de su familia, y la de los azares que traen,
como botellas procedentes del océano, otras vidas a las nuestras, para generar
así un fresco exultante de lo que significa vivir, con lo bueno y lo malo, con
mirar las estrellas pero también con el dolor que nos endurece la piel, o como
escribe el gran Joan Margarit: «una herida es también un lugar donde vivir».
Parte final de un poema que se incorpora como se hace con numerosas
aportaciones de luminosos autores que preñan el libro de esa pisada de la
cultura en cuya huella los demás podemos poner el pie para ver cómo nos queda
lo dicho. Montaigne, Scott Fitzgerald o César Aira jalonan los pasos de Simón y
nos ponen al tanto de la radical importancia de la cultura en la formación de
una vida. Todo está en los libros, se repite una y otra vez a lo largo del
texto, algo que una vez que avanzamos en el relato veremos como no sólo se
refiere a historias, pensamientos o emociones, sino a ciertas sorpresas que
pueden variar ese itinerario vital planteado anteriormente como eje axial de
este libro.
Esa tensión
entre la cultura y la vida se mantiene durante toda la novela: «Que las
canciones son para escucharlas, las películas para verlas y las novelas para
leerlas mientras se intenta buscar una vida y no para vivirlas desde dentro ni
para protagonizarlas». Como esta maravillosa frase el libro está plagado de
líneas que logran que te detengas a su fin para volver sobre ellas, para
pensarlas y repensarlas en tu propio contexto vital. Ese es el gran músculo de ‘Simón’,
la capacidad para contenerte, para hacer de espejo de los últimos años de todos
nosotros y que, junto a este guion, vamos armando el nuestro, al tiempo que nos
dejamos acariciar por una novela inolvidable.
Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 16/01/2021
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