El mundo de la
música y la creación celebra los 75 años de Luis Eduardo Aute con
varios discos y un concierto homenaje
ESA EXPRESIÓN, tan
salvaje como decidida, es bajo la que se amparan un buen puñado de
músicos y cantantes que el próximo 10 de diciembre se reunirán en
Madrid para, junto a la banda del propio Luis Eduardo Aute, hacer un
repaso a su discografía. ¡Ánimo animal! es el mensaje que todos
ellos le quieren enviar a uno de los talentos musicales más grandes
que haya dado este país y del que no pocos han bebido, tanto en sus
canciones como en sus propias vidas. Se celebra así que Luis Eduardo
Aute cumple en este año, complicado por su salud, 75 desde su
nacimiento, y 50 desde su debut musical. Una larga trayectoria que
nos ha dejado momentos memorables y canciones inolvidables,
auténticos cánticos generacionales que se han ido poco a poco
sedimentando en todos nosotros hasta formar parte de lo que hoy
somos.
Pero hasta ese día de
diciembre a su alrededor se están sucediendo diferentes
convocatorias, como la que nos deja en su voz los poemas de nuestro
Carlos Oroza. Poeta libérrimo y ácrata, un verso libre que encaja
muy bien con el propio Aute que ahora pone música a seis de sus
poemas, junto a otros materiales, en una iniciativa de la viguesa
editorial Elvira bajo el título de ‘Aute canta a Oroza’. A ello
tenemos que sumarle que el viernes se publica un disco grabado en
directo durante su última gira en los conciertos de México y
Madrid, con el brillante título de ‘La luz y la sombra’. Como la
propia vida, un baile de luces y sombras, donde estas se suceden y
por donde Luis Eduardo Aute ha configurado su camino desde la música,
la poesía o la pintura. Un creador incansable al que en Pontevedra
hemos recibido en varias ocasiones como activo en todas esas facetas.
La más desconocida, como pintor, fue en un lejano 1988 cuando trajo
sus pinturas a la sala de exposiciones del Teatro Principal. «Yo
pinto desde que tengo uso de razón. Quería ser pintor desde muy
pequeño y me lo planteé muy seriamente, pero luego se me cruzó por
delante una guitarra y empecé a escribir poemas y a musicarlos».
Así explicaba a este medio en aquel año esa diversidad creativa
que, desde entonces, no ha dejado de multiplicarse a partir de esas
encrucijadas de soportes que al fin y al cabo vienen a responder a
una misma necesidad, la de expresar todo el caudal de sensaciones que
se acumulan en su interior.
‘La belleza’, ‘De
alguna manera’, ‘Slowly’, ‘Cine, cine’, ‘Al alba’, ‘Una
de dos’, ‘Alevosía’, ‘Anda’, ‘Las cuatro y diez’, ‘Sin
tu latido’... ¿quieren que siga?, porque podría continuar hasta
completar el espacio que resta de este artículo y más allá con
todas esas canciones maravillosas por las que muchos de nosotros
hemos transitado en algún que otro momento. La música, como pocas
artes, tiene la capacidad para engullirte, para cogerte del cuello de
cuando en cuando y moverte a otros tiempos, a otros lugares y a otras
compañías. Luis Eduardo Aute, con o sin salud, siempre será la
persona que nos ha dejado eso tan impagable en una vida como son los
momentos que nunca se olvidan, y con ellos sus bandas sonoras,
pellizcos en la piel que te agitan para darte cuenta de lo vivido y
de lo sentido. Una deuda eterna la que tiene todo su público con
alguien capaz de lograr eso.
Prepárense porque
durante estos días y semanas volveremos a recuperar muchos de esos
momentos, instantes que nos pondrán ante el espejo para
contemplarnos junto a un grande de nuestra cultura, junto a un
poderoso animal.
Publicado en Diario de Pontevedra 14/11/2018
Fotografía: Luis Eduardo Aute en su última visita a Pontevedra en 2012 (Rafa Fariña)
Ningún comentario:
Publicar un comentario