Rue Saint-Antoine nº 170
Literatura ▶ La
defensa de la mujer, la reforma penal y la causa obrera están detrás
del pionero trabajo en nuestra sociedad de Concepción Arenal
(1820-1893). La pensadora más importante de su tiempo posee ahora
una extraordinaria biografía con la que comprender mejor su tarea y
su vida con un trascendente vínculo con Pontevedra
Plaza de Concepción Arenal en Pontevedra (Joel Martínez) |
«Abride escolas e han
pechar os cárceres», es la inscripción que ante el Colegio Froebel
recuerda su labor a favor de la educación y la reinserción en la
sociedad, pero también nos quiere recordar el paso por Pontevedra de
una mujer que dinamitó muchas de las concepciones sobre lo femenino
que en el siglo XIX se mantenían vigentes. Ahora, una biografía a
cargo de Anna Caballé reivindica su personalidad alejada del cliché
acuñado sobre su personalidad y explicando como su voz «fue la más
poderosa de su siglo».
«La naturaleza ha
querido que los dones de las mujeres se destinaran a la felicidad de
los otros y que muy poco lo emplearan en sí mismas». Estas
palabras, de la propia Concepción Arenal, son tomadas de una de sus
autoras preferidas, Madame Stäel y Anna Caballé las recupera, de
manera sorpresiva, tras consultar documentación, para realizar esta
biografía, en las cuatro cajas de materiales que se encuentran en el
Museo de Pontevedra. En esas cajas se encuentra la mejor manera de
voltear los prejuicios que se tienen sobre la autora, al conservarse
escritos que se salvaron de la destrucción de documentos que se
produjo en sus días finales y tras su muerte. Anna Caballé además
de ocho obras de teatro, dos novelas y un poemario, todos ellos
inéditos, se dio de bruces con varios cuadernos de apuntes en los
que se encuentra la mujer Concepción Arenal: «Un hallazgo
iluminador y la mayor satisfacción que me ha deparado esta difícil
biografía en la que que por primera vez se reconstruye toda la vida
de la autora. En Pontevedra comprendí que junto a la severa
pensadora y reformista latía otra mujer, rebelde, enamorada,
desafiante y orgullosa, sobre la cual la primera se había impuesto
con los años», escribe Anna Caballé en la introducción a este
volumen titulado ‘Concepción Arenal. La caminante y su sombra’
que la editorial Taurus incluye en una espléndida colección de
biografías.
Placa en vivienda de la calle Oliva en la que vivió la escritora |
Reafirma así
Pontevedra su vinculación con la autora nacida en Ferrol en 1920, y
mantenida en vida cuando llega a la ciudad en 1889, al destinar
Fomento a su hijo Fernando a la ciudad en su calidad de ingeniero de
obras públicas, instalándose en la céntrica calle de la Oliva,
lugar en el que hoy se conserva una placa en recuerdo de la estancia
de la escritora y donde rápidamente organizó encuentros con
diferentes personalidades de la ciudad con las que poder conversar de
sus inquietudes. Por allí pasaron el Marqués de Riestra, la familia
del marino Méndez Núñez, el catedrático Ernesto Caballero, Casto
Sampedro, Augusto González Besada o los poetas Renato Ulloa y
Heliodoro Fernández Gastañaduy. Hombres que sin embargo admiraban a
Concepción Arenal. Son esos los años finales de la autora, con
numerosos problemas de salud. Catarros y fiebres se van sucediendo
siendo consciente de que el final llegará más pronto que tarde. En
1890 el traslado de su hijo a Vigo la lleva a dejar la capital y allí
fallece tres años después.
Más allá de estos
apuntes locales para nuestro interés, lo brillante de la biografía
radica en esa descubierta y aproximación a la mujer, a la madre, a
la hermana, a sus deseos y flaquezas que humanizan un relato que, por
otra parte, tiene en la brillante narración de su autora el elemento
necesario para no caer en la pesadez y rigidez con que muchas veces
se envuelven este tipo de textos.
Concepción Arenal fue
la primera mujer en asistir a la Universidad Española, lo hizo como
oyente en un principio y disfrazada de hombre, para lo que incluso se
cortó el pelo. Su deseo es licenciarse en Derecho lo que logra pese
a ser descubierta en su engaño por el rector y, tras superar unas
pruebas para su admisión, consigue llevar hasta el final dichos
estudios. Su interés por las causas humanitarias apoyando a la
Sociedad de San Vicente de Paúl la lleva a obtener una enorme
consideración desde la administración. La beneficencia, la ayuda a
los más necesitados y las situaciones de los penales españoles la
irán preocupando cada vez más. Escribe numerosos textos dando a
conocer esas situaciones que se daban en la sociedad española. El
ministro de Justicia y el director general de Establecimientos
Penales la nombran Visitadora de Cárceles de Mujeres, siendo la
primera mujer en ocupar ese cargo. «Odia al delito y compadece al
delincuente» es una de sus famosas frases sobre la redención de los
presos y la necesidad de mejora de las situaciones de los penales.
Concepción Arenal fue
también una pionera en cuanto al feminismo, criticando las teorías
que defendían la inferioridad biológica de la mujer y luchando por
conseguir su acceso a todos los niveles de la enseñanza. Toda esta
serie de luchas y anhelos literarios de la escritora, Anna Caballé,
los sincroniza con su periplo vital, con un caminar que tuvo
numerosas sombras convertidas en penas- como la muerte de su esposo
nueve años después de casarse- y que tenían el alivio necesario en
esas preocupaciones por lograr una sociedad mejor, más justa e
igualitaria entre los seres humanos.
Publicado en Diario de Pontevedra 26/11/2018
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