El poeta Miguel d'Ors en su participación en '6 días, 6 poetas' (Rafa Fariña) |
EN EL AÑO 2015 Luis
Aberto de Cuenca lograba el Premio Nacional de Poesía por su libro
‘Cuaderno de vacaciones’ (Editorial Visor). Horas después de
conocer la concesión del galardón y ante otro poeta en funciones de
periodista, Antonio Lucas, descerrajaba la siguiente frase: «La
poesía es útil y balsámica». Todo un adagio revolucionario con la
que nos está cayendo en los últimos años y al que llevo sujeto
desde su lectura en ‘El Mundo’.
Será, precisamente, el
poeta madrileño quien abra el próximo lunes la semana de poesía
que, organizada por la Vicerreitoria de la Universidade de Vigo en el
Campus de Pontevedra, llenará cada día de la primera semana de
marzo nuestra ciudad de esas palabras tan útiles como balsámicas en
la tercera edición del encuentro ‘6 días, 6 poetas’. Cada
jornada un poeta ante nosotros. Mujeres y hombres de diferentes
rincones de España pronunciando palabras llenas de bondades y
efectos saludables para el ser humano. Personas de generaciones
diversas que hacen del tiempo un marco para unos versos cuya calidad
ha ido superando el desgaste que ese tiempo inevitablemente provoca
en todos ellos como prueba de lo imperecedero, de lo eterno. Sabía
bien lo que decía Luis Alberto de Cuenca ante la grabadora de
Antonio Lucas, conocedor de que cada vez más este alocado mundo
nuestro necesita una dosis mayor de esa medicina. La poesía es útil
porque traduce la realidad, la condensa y la exprime, dejando lo
sustancial ante nuestra mirada, y es bálsamo por el alivio que
supone frente al horizonte incierto ante el que nos movemos
diariamente.
Luis Alberto de Cuenca,
Rocío Arana, José Mateos, Itziar Mínguez Arnáiz, Juan Ramón
Barat y Javier Salvago serán los que ejerzan durante esta semana de
sanadores. Demiurgos que a través de la palabra invocan al público
asistente a una suerte de traducción de la vida que sólo la poesía
puede condensar de manera eficaz. Y es que al final de cada poemario,
de cada verso o de cada palabra lo que hallamos es la propia vida, y
si algo caracteriza de manera conjunta a los poetas de esta edición
es que todos ellos se dedican a rastrear esas huellas que lo
cotidiano deja en cada uno de nosotros. Porque la poesía sólo
conserva su auténtico sentido si habla de nosotros, si se dirige a
nosotros, si nos convierte a nosotros en poema.
Hemos venido
comprobando, en las dos ediciones anteriores, cómo el público
desterraba de manera definitiva ese miedo que muchos, incluso buenos
lectores, mantienen en pie frente a la poesía gracias a esa
proximidad que otorga el hablar del nosotros. Como si su carácter,
en ocasiones demasiado hermético, no pudiese ser superado con la
mera familiaridad del lector o, en este caso, del oyente. Y es que si
algo les recomiendo de cara a la semana que se nos presenta es que
recuperen ese sentido oral de la poesía, el poeta declamando sus
versos brincando fuera de ese libro con el que nos solemos medir en
nuestra intimidad lectora. Voces diversas como poetas diversos. Voces
que modulan y entiende el verso como el ser vivo que es y más aún
fuera del represor papel.
Con marzo florece la
poesía en Pontevedra, en el mes que se celebra esa disciplina
literaria. Pontevedra, gracias a esta semana de la poesía, reverdece
su compromiso con la palabra y la sensibilidad, con la terapéutica
capacidad de una poesía que se hace fuerte a orillas del Lérez
hasta dónde la Universidad y el saber de otro gran médico poeta,
nuestro vecino Miguel d’Ors, han conseguido generar un espacio
imprescindible en la confianza hacia la palabra.
Publicado en Diario de Pontevedra 28/02/2020