El de Wislawa
Szymborska es uno de esos nombres a los que la concesión del Premio
Nobel de Literatura, en 1996, coloca en el escaparate mediático,
pero sobre todo permite a los ajenos a la poesía, y en especial a su
poesía, descubrir a una de las poetas más importantes que Europa ha
tenido durante sus muchos años de vida, entre 1923 y 2012, año en
el que fallece en Cracovia.
No muy proclive a
hablar de su propia obra es a partir de todo un conjunto de pequeños
textos dirigidos a las posibilidades de otras personas para ser
poetas, mediante los que ahora podemos conocer cuales son algunos de
sus intereses literarios y aquello que debe contener y conformar un
buen poema. Estos textos ven ahora la luz en castellano desde la
editorial Nórdica y la publicación de ‘Correo literario’ que
recoge así las contestaciones que desde la revista ‘Vida
literaria’ la poeta publicó durante más de veinte años, a partir
de 1960, en una sección de ese medio.
Más allá de la
función de servir de contestaciones, estos textos breves son
auténticas joyas literarias cargadas de una ironía brutal, que
sorprende a los que sobre su vida hemos leído que era una persona
sumamente hermética y cerrada en sí misma, poco deseosa de abrirse
a la sociedad, algo a lo que la concesión del Nobel obligó al final
de su vida. Esa aparente seriedad vital manifestada en sus poemas,
tras leer con auténtico disfrute estos comentarios, parece estallar
en mil pedazos y mostrar a una persona diferente de la que uno se
había hecho una composición.
Mordaz, hasta cruel en
ciertos momentos, todo ello se disfraza bajo su brillantez con la
palabra. Sus consejos, recomendaciones, críticas o aplausos, son
auténticos dardos que buscan espolear las ansias de esos poetas y
escritores que confiaban su futuro a aparecer en aquella publicación
literaria. «El autor tiene que ser un espía de sus personajes de
ficción, escuchar detrás de la puerta, observarlos a escondidas
cuando están solos, abrir sus cartas e intentar saber sobre qué
temas callan», escribe Szymborska, contestando a una persona que
debería mostrarse más curiosa con sus personajes. A otros les
critica el exceso de metáforas, no siempre necesarias para hacer
buena poesía, el intentar trascender siempre con cada palabra, el
amaneramiento de sus composiciones, la falta de naturalidad a la hora
de escribir, la abundancia de la primavera en la poesía, el no
aproximarse a lo que en realidad le es cercano al escritor y siempre
el aguijón afilado: «En lugar de eso aparece Adán tentado por una
serpiente, lo cual es una atrevida novedad que no parece, sin
embargo, que vaya a tener mucho futuro. La humanidad ha hecho suya
con sumo placer la idea de que Eva es la culpable de todo».
Toda esa ironía, desde
Galicia, se reconoce cercana a nuestra retranca, una singular manera
de relacionarse con la realidad que la poeta polaca maneja de una
manera que convierte a estos comentarios breves en un goce para el
lector que siempre los lee con una sonrisa en la boca y la compasión
hacia sus víctimas.
‘Correo literario’
no es sólo una manera de entender mejor la poesía de Wislawa
Szymborska sino también una lectura obligada para todo aquel que se
quiera convertir en poeta, que quiera hacer de lo que le susurran las
musas al oído una composición que pasará a la historia de la
literatura. ¡Tengan cuidado! Szymborska las conoce bien, y hasta de
ellas se atreve a opinar: «Según tenemos noticia, son unas
histéricas, y las histéricas no son de fiar».
Publicado en Diario de Pontevedra/El Progreso de Lugo 30/05/2018. Fotografía de Joanna Helander (Cedida por Nórdica Libros)