luns, 20 de novembro de 2017

Lorca en la noche de Pontevedra

«Pronto será huésped de Pontevedra García Lorca, el gitano de los romances. Y para ‘Cristal’ será un huésped de honor, todo él espíritu e ingenuidad que nos estimulará en nuestra labor con aguijonazos de su lirismo captador (...) Y alimenta nuestros espíritus. Y aviva y zahiere nuestras imaginaciones. Y anima y solaza nuestros pechos. Y nos da optimismo, y emoción, y luz estelar... Todo ello con el desinterés del que no espera la menor recompensa».
(Revista Cristal nº 5. Noviembre de 1932)


Rue Saint-Antoine nº 170
Memoria La presencia de Federico García Lorca en Pontevedra los días 19 y 20 de noviembre de 1932 dejó para la historia de la ciudad uno de esos acontecimientos inolvidables. Aquel poeta de 34 años era un espejo en el que mirarse tantos jóvenes ilusionados por la cultura y un progreso que en Pontevedra se definieron a través de la Revista Cristal

Paseó Federico García Lorca por Pontevedra entre el 19 y el 20 de noviembre de 1932. Uno de esos paseos que se quedan prendados en la memoria de una ciudad. 85 años escritos sobre la mesa de mármol de un café alumbrado por el reflejo de la luna sobre la ría de Pontevedra, incapaz de desdibujarse por las ondas de un río que brillaba esperando las palabras del poeta que, al día siguiente, iba a pronunciar en una conferencia en el desaparecido Cine Coliseum, sobre la pintora María Blanchard, invitado por el Comité de Cooperación Intelectual de Pontevedra.
García Lorca ya había estado apenas tres meses antes en Pontevedra, en una de las dos únicas visitas de las que se sabe que el poeta granadino realizó a la ciudad. En aquella ocasión acompañando a la compañía teatral ‘La Barraca’ en una actuación en la plaza de la Estrella. Ahora, el poeta de la modernidad visitaba Pontevedra y era acogido por otro grupo de entusiastas creadores imbuidos por aquel espíritu del que la República impregnó a todo un país entre las libertades, el progreso y el amor por la cultura. Esos jóvenes, ‘capitaneados’ por Juan Vidal pusieron en marcha la revista Cristal, cuyo primer número se fecha el 25 de julio de ese mismo año. El «espíritu cosmopolita, deportivo y elegante» del que se presume como declaración de intenciones en su primer editorial se nutre de los mejores escritos de la literatura gallega y universal. Los diferentes números fueron componiéndose entre los poemas de Juan Bautista Andrade, Xosé María Álvarez Blázquez o Luis Amado Carballo y los de Juan Ramón Jiménez, García Lorca o Antonio Machado, con una serie de ilustraciones que acercaban a esta revista a otras publicaciones del momento, respondiendo a una emocionante inquietud en el panorama literario, como lo fue la revista ‘Gallo’ que el propio García Lorca fundara en Granada en 1928.
Luciano del Río, Evaristo Mosquera, Javier Andrade, Bernardo Salom, Tabucho Pintos Fonseca y Luis Poza Pastrana esperan en la estación del tren de Campolongo al poeta, a ellos se les unieron poco después los miembros de aquella revista de los que Luciano del Río cita en un artículo publicado en Diario de Pontevedra en 1973 «al poeta Juan Vidal Martínez, como redactor y fundador de la revista Cristal a la que pertenecían José María Álvarez Blázquez, Antonio Díaz Herrera, Rafael Lois Teijeiro y como dibujantes Ventura de Dios López (Turas), Alejandro de la Sota y José Luis Fuentes. Juan Vidal era como el ‘hermano mayor’ de aquella animosa e inquieta comunidad literaria».
Habría que imaginarse a aquellos jóvenes orgullosos y felices caminando junto a Federico García Lorca por las calles de Pontevedra. Jóvenes que llevaron a ver su guarida al poeta. Avergonzados por la precariedad de sus instalaciones el autor de  ‘Bodas de sangre’ rápidamente los alivió a todos al recordar como su revista granadina no había nacido en mejor cobijo. Aquella redacción estaba en un desván del Hotel Méndez Núñez, frente a él, otro de esos símbolos de la modernidad local, el Café Moderno. Hasta él le llevaron, al tiempo que sacaban unas cuartillas, para que García Lorca, cuya presencia habían anunciado en el número de noviembre, descerrajase un poema que sería suyo, de aquellos incandescentes pontevedreses y que sería publicado en el siguiente número de Cristal, el correspondiente a la Navidad.
Las mesas de mármol de aquel lugar, las mismas en las que Castelao y Bóveda posaban sus manos diseñando un país, sobre las que Luís Amado Carballo ya había rimado cientos de palabras eran ahora todo el papel para que García Lorca escribiese en Pontevedra, y así surgió un soneto que sería ilustrado por José Luis Fuentes que fue la gran sensación del número 6 de la revista que se abría con ese poema y se cerraba con otro en francés de Vicente Huidobro. Federico García Lorca tuvo otro gesto más hacía aquella revista, al permitir la publicación de un poema inédito que se publicaría posteriormente en esa obra cumbre de la literatura mundial como es ‘Poeta en Nueva York’, el poema ‘Asesinato’ se incluyó en el número 7 de la revista Cristal.
«La luna vino a la fragua/con su polisón de nardos», escribió el poeta y la luna llegó a iluminar a aquella noche pontevedresa como pocas lunas lo hicieron. Lorca fue agasajado con un vino en casa de los Díaz Herrera, en el piso principal del Café Moderno, donde él mismo improvisó un recital de canciones populares y andaluzas. De nuevo un paseo puso el final a aquella jornada inolvidable, un paseo bajo la luna, mientras la noche quedaba, todavía, demasiado lejos.


Publicado en Diario de Pontevedra 20/11/2017

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