sábado, 30 de maio de 2020

Noche y océano


[Ramonismo 26]
La novela ganadora del Premio Biblioteca Breve sitúa a Raquel Taranilla en un atractivo itinerario narrativo 


HAY títulos de libros que son tan hermosos que uno no puede renunciar a ellos para explicar su contenido. ‘Noche y océano’, de la debutante en el territorio de la novela, Raquel Taranilla, logró, a principios del mes de febrero, el prestigioso premio Biblioteca Breve que concede la editorial Seix Barral. Un mes después, este mismo sello ponía en circulación un libro que se hizo noche ante la llegada de una pandemia que nos adentró en el océano de las sombras y dejó a este país paralizado ante el horror, y detenido en su cotidianeidad. Imagínense a Raquel Taranilla, profesora en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid con su primera novela, premiada y con incipientes alabanzas a su propuesta literaria, orillada por un tiempo oscuro que exiliaba su libro en almacenes y en los estantes de las librerías cerradas bajo el estado de alarma.
Este paisaje social como argumento literario es francamente bueno, pero Raquel Taranilla ya tenía el suyo, lleno de audacia y de desafíos, no sólo para el lector, sino también para la propia literatura. Parte ‘Noche y océano’ de un suceso que se nombra, en forma de noticia, ya en la tercera línea del texto: «Robado el cráneo de Murnau, director de ‘Nosferatu’. Todo un Mcguffin literario que permitirá a Raquel Taranilla captar inmediatamente nuestra atención para constituirse en el tronco del texto, pero que también servirá para que de él partan numerosas ramas que abren varios compartimentos para moverse en su interior por temas como la muerte prematura, la cultura extrema, los méritos logrados en la vida o el ecosistema universitario, que tan bien conoce.
Vamos con Murnau. Imagínense para alguien que ama y estudia el cine lo que supone encontrarse con esta noticia, que es real (de hecho su cráneo tras el robo sigue sin localizarse), en el arranque de una novela. El creador de títulos como ‘Nosferatu’, ‘Fausto’, ‘Tabú’ o, la que para mí es una de las mejores películas del cine mudo, ‘Amanecer’, es el origen de una narración en la que su protagonista, Bea Silva, a punto de cumplir treinta y dos años, ve como su hábitat natural, el sistema universitario, el de una cultura desbordante que mediatiza cada uno de sus comportamientos y un casi enfermizo sentido de lograr metas a su edad que reafirmen su condición de intelectual, se resquebraja por la presencia de un hombre que se instala como vecino y en el que ella pone todas las sospechas sobre la desaparición de ese tan famoso como sugerente cráneo.
Más allá de este hecho Raquel Taranilla nos sorprende por un planteamiento en el que tensiona muchas de las clásicas componentes de la novela, con interpelaciones directas al lector, con un juego de citas extensísimo que, lejos de entorpecer la narración, se muestra como un relato en paralelo y que, interrelacionados, propician una inteligente reflexión sobre la cultura y la sociedad contemporánea, saciada de conocimientos, de saberes, de fechas, de datos, de vidas, todos ellos abrumadores en su almacenaje en nuestros cerebros y que se ironizan en un juego entre la autora y el lector lleno de quiebros y sonrisas reflejadas en las conductas de su protagonista.
Llega el momento de desentumecer huesos y cráneos, tras la recuperación de una normalidad que este libro y su autora, tienen más que merecido recobrar.


Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 30/05/2020

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