luns, 24 de maio de 2021

Su sombra es la poesía

 

[Ramonismo 68]

Pasado y presente se alían en el nuevo libro de poemas de Luis García Montero para enfrentarse a sí mismo



ESTE LIBRO me estaba esperando igual que una sombra,/dispuesto a saltar sobre mí desde cualquier esquina. Y no hay remedio». Así comienza el primero de los poemas que se contienen en ‘No puedes ser así. (Breve historia del mundo)’ que editado por Visor en su preciosa colección Palabra de Honor vuelve a mostrarnos un atado de nuevos poemas de Luis García Montero. Y eso, hablando de nuestra poesía, son palabras mayores.

Palabras que, en el caso del poeta granadino, son bálsamo y lúcida mirada hacia una realidad, la nuestra, pero también un audaz recorrido que se convierte en un vistazo fugaz por el pasado, por una serie de fechas y nombres que la historia ha ido dejando como jalones para configurar nuestro camino como comunidad.

El autor de libros ya esenciales de nuestra poesía como ‘Habitaciones separadas’ (1994), ‘Completamente viernes’ (1998) o ‘Vista cansada’ (2008), no se deja llevar por lo establecido o por lo ya conseguido a lo largo de su trayectoria poética, atreviéndose a escuchar más allá del hoy y haciendo del poeta, como ya habían hecho los grandes clásicos de la antigüedad, una especie de demiurgo en el intento de armonizar pasado y presente. Esa acción le llevará a recorrer «las esquinas del mundo» pero también a enfrentarse a fechas claves de la humanidad: 1492. 1789 ó 1917 números que simbolizan diferentes avances en la historia de la humanidad, claves de una caja fuerte en la que el mundo cambió de manera irreversible y cuyos epígonos todavía se balizan hoy. Así es como Luis García Montero convierte su palabra en luz, en esa mezcla ya habitual en su obra, pero incluso en sus movimientos en la esfera pública, de lírica y civismo, y donde la palabra poética y la exaltación del ser humano confluyen en un territorio que aquí, el poeta, construye a base de tres bloques de poemas. Dos más amplios que rodean a cinco poemas descomunales que nos muestran al mejor Luis García Montero, el que es capaz de arañar al yo y al nosotros, el que hace de lo cotidiano un magma para la escritura, pero sobre todo para la emoción de quien sabe ver en lo que nos rodea aquello que tantas veces despreciamos por su carácter cotidiano, siendo, quizás, lo que mejor y de manera más intensa nos identifica. El hogar, las idas al trabajo, el amor o el dolor, en definitiva, la vida, y esos cuatro elementos que siempre fuimos, que siempre seremos, mientras seamos el tiempo que nos queda, como decía José Manuel Caballero Bonald, guerrero de Argónida, cuyos ojos también miraron al pasado para hacer el presente. «Entre el fuego y el aire, entre el agua y la tierra,/vuelve a cruzar la gente. Su sombra es la poesía», escribe Luis García Montero.

Y es esa sombra, enunciada ya en al arranque de ‘No puedes ser así’, la que cubre como un velo este deambular sigiloso en el que el poeta no está solo, haciéndose acompañar de colegas como Juan Ramón Jiménez, Joan Margarit, Shelley o Kavafis, auténticos faros para alumbrar ese itinerario de palabras y emociones, y es que el viaje nunca es solitario y Luis García Montero sabe bien que ese rumor de los seres humanos es el líquido amniótico en el que mejor desarrollarnos, para dejar lo íntimo como un cercado que se abre a lo global consumiéndose entre los otros rumores, los de la historia.

Ese cercado íntimo es en el que el poeta llama a la familia, al amor, al libro aquel que, como un cofre lleno de riquezas, se abrió en el hogar paterno para ser pasaporte poético al que todavía asirse hoy. También a las preocupaciones surgidas en una Europa de odios y expulsiones al que llega, al diferente; y las que ha dejado un virus que cierra el libro como último acto de esta humanidad capaz de lo mejor y de lo peor. Un tiempo confuso como lo fueron otros antes y otros que vendrán pero en cuya disección Luis García Montero no renuncia al lenguaje como tensión máxima, como cenáculo en el que hacer de la luna, la noche o los pájaros presencias poéticas que evidencian el clamor lorquiano que siempre ha estado ahí, junto a quien la poesía es un ajuste de cuentas con la realidad. Ahora lo es también con nuestra historia, que aquí muestra mucho de exploración, como lo fueron personajes de esa historia como Galileo, Magallanes, Olympe de Gouges o, porque no, el atleta Jesse Owens, todos ellos retadores de su tiempo, desafíos a lo universal desde su posición individual, en definitiva, activos de cambios cuando las esquinas de la historia se doblan.

Están siendo semanas duras para la poesía, una nieve negra ha caído con su manto de dolor y desamparo, dejándonos sin Joan Margarit, José Manuel Caballero Bonald y Francisco Brines. Un vacío inmenso que solo puede ser llenado con la acción de otros poetas, los que verso a verso, paso a paso, crean nuevos caminos para ser recorridos, pero sobre todo, para sentirnos en esas palabras como solo la poesía es quién de lograr como una sombra que nos proyecta sobre los calendarios.

 

 

Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 22/05/2021


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