domingo, 26 de decembro de 2010

Edenes e infiernos

Mañana lunes 27 a las 18:30 la escritora pontevedresa Susana Fortes firmará libros del que es su último libro, 'Esperando a Robert Capa', en la Libería Cronopios de Pontevedra. Sirva este encuentro para recuperar un comentario sobre esta novela centrada en la vida de dos fotógrafos, pero sobre todo de dos amantes en un mundo inhóspito y cruel.



Dame una fotografía y te construiré el mundo”. Esta frase, es mucho más que una frase perdida en medio de un texto. Es, además del reflejo de una época de silencios y miedos, el único altavoz que permitía al mundo conocer las tristes realidades que acosaban las libertades del ser humano. Para Susana Fortes, es, además, un guiño cómplice con su propio trabajo, con la manera en que en ella estalla la ignición literaria. Lo fue aquella postal escrita desde la Bretaña francesa, de la que nació su ya legendario e iniciático ‘Querido Corto Maltés’ y lo fueron en esta ocasión tres cajas llenas de negativos pertenecientes a Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour aparecidas recientemente en México, y en concreto una de esas imágenes, publicada en la prensa en la que aparecía Gerda Taro dormida sobre una cama con un pijama perteneciente a Robert Capa. A partir de esa visión la escritora novela la relación entre los dos pioneros de la fotografía de guerra, pero también entre dos amantes, dos seres condenados a sentirse juntos y a los que les tocó vivir un tiempo convulso. De guerras y miserias, de persecuciones y odios, pero entre los que se filtraban como en un sistema de riego a goteo, pequeñas felicidades, miradas casuales, caricias sutiles o apasionados encuentros. Respiraderos que dan sentido a una vida. Bocanadas de aire que permiten contener la respiración cuando las balas amenazan la existencia o cuando el olor a pólvora y sangre seca condiciona el resto de una vida.
El relato se mueve entre el París de entreguerras, de turgentes bohemias, noches estrelladas, tejados y sueños felices, y la “última guerra romántica, en la que todavía se podía elegir el bando en el que luchar”, fratricidio que convirtió a España en un lugar donde se luchaba por algo más que por ganar una guerra. Se peleaba por una esperanza y muchas de las miradas del mundo se volvían hacia ella. Robert Capa inmortalizó a aquel republicano con la sien recién reventada en Albacete, una imagen eterna, plástica y casi inmaterial, un crucificado que redime a la humanidad con su sacrificio, una estúpida muerte más pero que tras ese ‘clic’ quedará suspendido del eterno imaginario de esta contienda. Bajo aquella loma su cámara fue el testigo de la desesperanza, como también lo fue de tantos momentos que pertenecen encerrados en esos rollos de negativos. Negativos inertes, a los que ahora nuestra escritora concede una segunda existencia accionando el play de su pluma, acercándonos a personajes olvidados y fascinantes que reviven entre precisas recreaciones de edenes e infiernos. Fotogramas de amor y muerte surgidos una imagen y dos vidas.



Publicado en Diario de Pontevedra 01/07/2009

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