sábado, 9 de xaneiro de 2021

Libro nací y libro soy

 

[Ramonismo 51]

'Madrid’ de Andrés Trapiello es una biblia castiza. El libro que toda ciudad debería tener para ser conocida y conocerse



POCAS realidades mejores que un libro que te hace disfrutar, un libro con el que gozas con su escritura al tiempo que aprendes y descubres un montón de cosas. ‘Madrid’, de Andrés Trapiello, editado por Destino, es uno de esos felices acontecimientos que te depara el mundo literario de cuando en cuando, convirtiéndose en un auténtico festín para entender la vida como el andamiaje de la escritura. Un balcón, como tantos en Madrid, desde el que asomarse a ella, desde el que entender lo que supone una ciudad a lo largo de los siglos y la infinidad de situaciones que se van colmatando para conformar su piel sentimental y su orografía física.

Su autor vive en ella desde 1975, procedente de la ciudad de León en la que nació en 1953. A partir de ahí su vida se convierte en parte de la historia de Madrid, como ha sucedido a lo largo del tiempo con tantos y tantos que han hecho de Madrid el lugar «donde se cruzan los caminos», que cantaba Sabina, meta de tantos seres humanos que buscaban en la Villa y Corte la respuesta a sus sueños o, simplemente, el ámbito en el que desarrollar de la mejor manera posible sus vidas.

Una ciudad son quienes viven en ella, apunta Andrés Trapiello, y a sus moradores es a los que más atañe lo que aquí se cuenta, ya que ellos son los protagonistas de una historia común. La de los habitantes que le dan su carácter al territorio y del que emergen los nombres y los hechos que le dan lustre, con especial atención al universo literario del que Andrés Trapiello es un consumado conocedor, tal y como nos ha ido mostrando en diferentes trabajos y libros que van más allá de lo puramente ficcional, propiciando esa didáctica que tanto se echa en falta en este país cuando hablamos de nombres y hechos de nuestra historia, a los que muchas veces se les une lo torticero de quienes se han aprovechado de esos hitos para consolidar una historia diferente a la que realmente fue. Es por ello que ‘Madrid’ encaja de manera lógica tras libros como ‘Las armas y las letras’ o ‘El Rastro’, e incluso como un jalón más en ese monumental desafío compuesto por los hasta el momento 22 volúmenes de su particular diario, el ‘Salón de los Pasos Perdidos’.

Ese carácter didáctico sobrevuela todo el texto, ¡una bendición! y bajo ese vuelo se despliega la hibridación feliz en el relato que surge de la mezcla de lo personal, esto es, de la biográfica presencia de Andrés Trapiello en Madrid, desde su llegada hasta ayer mismo; junto a la biografía de la ciudad, establecida a partir de los componentes históricos, literarios, artísticos, urbanísticos, gastronómicos, y tantos otros que se engrasan entre sí hasta formar el gran puzle que es este libro, y cuyas piezas se refuerzan con el pegamento que le otorga la escritura de Andrés Trapiello, deslumbrante en su forma y en su fondo, deudora de sus maestros Cervantes o Galdós, riquísima en sus descripciones, límpida en sus expresiones, y siempre con un pellizco de humor entre sus palabras que recupera lo que él mismo dice de su admirado creador de Don Quijote: «A Cervantes se le lee siempre con una sonrisa en los ojos». Pues de esta forma nos asomamos a este texto que se encuentra con el joven lleno de dudas y un punto picaresco en un Madrid que superaba el gris del franquismo, y que luego vino a colorear una Movida que permitió nuevas ilusiones en la ciudad.

Desde esas décadas del pasado siglo Andrés Trapiello ha hecho de Madrid el escenario de su vida, el marco que tanto le llena y que le hace feliz, junto a sus escapadas a su casa extremeña, allí donde el ruiseñor alienta su poesía. En ese Madrid y su madrileñismo ha escarbado como un arqueólogo en los diferentes sedimentos que la conforman, pero si uno de ellos destaca es el humano, como hicieron Cervantes y Galdós, y que tan bien resume la Fortunata del segundo en su famosa expresión: «Pueblo nací y pueblo soy», definición de una identidad de la que es imposible rehuir.

A esa identidad es a la que se une este libro tan pegado al alma madrileña y por el que nos lleva de la mano su autor a través de una serie de estampas que nos descubren un espacio al que uno ya desea regresar tras la pesadilla de este coronavirus que también se infiltra por este texto. Porque Madrid es siempre ese lugar al que ir para sentir el latido de una vida que detona en la de sus protagonistas, los de antes y de los de ahora, en espacios como el Madrid histórico, el de sus Cavas, la plaza Mayor, también el de la Gran Vía, de museos como el del Romanticismo, esencial en este texto, el Rastro, la Puerta del Sol, y sus afueras, que también son Madrid, al igual que toda una serie de personajes que nos lo han escrito y dibujado para la eternidad: Larra, Mesonero Romanos, Goya, Galdós, Gutiérrez-Solana, Juan Ramón Jiménez, Gómez de la Serna, Edgar Neville y ahora, con este libro en la mano, Andrés Trapiello.

 

 


 

Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 9/01/2021


 

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