venres, 18 de xuño de 2021

Esperpento inagotable

Saga/Fuga


POCO se podía esperar el creador del esperpento que su municipio natal iba a seguir haciendo de ese género literario una suerte de bandera con la que reivindicarse dentro de la sociedad, lastimosamente no tanto por las luces literarias como por las sombras políticas que emergen de los callejones en que su alcalde, Gonzalo Durán, se ha empeñado en adentrar a su hermoso ayuntamiento.

Así, tras la sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Pontevedra que condena al regidor por sus desafortunadas declaraciones sobre la presidenta de la Diputación Carmela Silva tras calificarla como «chacha para todo», en el primer acto del esperpento en que se ha enfrascado Gonzalo Durán, y cuando quien escribe todavía suspiraba por un instante de lucidez, y la posibilidad de que el acusado y ahora sentenciado pidiera perdón por sus palabras, enmarcándolas en un momento de exaltación de esos que demasiadas veces nos ofrecen nuestros políticos, pues lejos de esa actitud, que honraría al alcalde, este ha vuelto a escribir el acto segundo de ese esperpento tan burdo que hasta el propio Valle-Inclán estará sonrojándose por el flaco favor que le hacen allí donde más le debían querer.

En su perfecto derecho, tanto para recurrir la sentencia como para criticar en lo que le plazca la labor del gobierno provincial, el trazo grueso que Gonzalo Durán emplea para atacar aquello que no le gusta le coloca en una sonrojante situación ante sus vecinos, a los que debía honrar con sus actos, y moverse lejos de comportamientos machistas y retrógrados que cada vez tienen menos encaje en este tiempo. Volver a incidir en los mismos calificativos e incluso ir más allá, son conductas que también provocan sorpresa por las actitudes de sus superiores, ya que, lejos de sufrir su reprobación estos callan y otorgan, e incluso hasta parece que les hacen gracia esas descalificaciones que van mucho más allá del mero juego político, permitiendo unos comportamientos inasumibles hoy en día en nuestra sociedad que deberían ser desterrados.

Gonzalo Durán, metido a autor teatral, tras conocer la sentencia judicial ha querido incorporar un nuevo hilo argumental en su esperpento, quizás buscando un mayor aplauso de los que siguen con interés su obra (que seguro que los hay), aludiendo a la edad del alcalde de Vigo, Abel Caballero, para continuar al frente de dicha alcaldía y los deseos de Carmela Silva por hacerse con ese puesto. Desde luego el giro argumental está ahí, entre ingenioso y fantástico, pero de nuevo este acaba deslizándose, no ya solo por el mal gusto, sino también por el desprecio y la falta de consideración, elementos que justamente la sentencia judicial puso en valor, evidentemente, no como bondades literarias, sino como elementos para soportar y justificar ese fallo condenatorio.

Este esperpento semeja inagotable hasta que alguien le ponga freno a un alcalde que quiere emular al insigne escritor, cuyo retrato cuelga de las paredes del Ayuntamiento de Vilanova, y a cuyos ojos habría que asomarse para intentar leer en ellos qué piensa de este esperpento de la política que brota de la tierra que le vio nacer. La justicia ya le ha puesto su punto final, mejor dicho, punto y seguido, al caber recurso, pero es hora de que sean los propios políticos los que dejen de sonrojar a vecinos y a ciudadanos de una provincia que ya no entienden ni toleran cierto tipo de declaraciones que cada vez tienen menos que ver con lo que debe ser la política y más con cuitas personales, desprecios humanos y actitudes que no respetan a las mujeres.




Publicado en Diario de Pontevedra 18/06/2021

Fotografía: El alcalde de Vilanova de Arousa, Gonzalo Durán en el ayuntamiento con un retrato de Valle-Inclán al fondo. (José Luiz Oubiña)


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