martes, 27 de novembro de 2018

Concepción Arenal, mujer al descubierto

Rue Saint-Antoine nº 170
Literatura ▶ La defensa de la mujer, la reforma penal y la causa obrera están detrás del pionero trabajo en nuestra sociedad de Concepción Arenal (1820-1893). La pensadora más importante de su tiempo posee ahora una extraordinaria biografía con la que comprender mejor su tarea y su vida con un trascendente vínculo con Pontevedra

Plaza de Concepción Arenal en Pontevedra (Joel Martínez)

«Abride escolas e han pechar os cárceres», es la inscripción que ante el Colegio Froebel recuerda su labor a favor de la educación y la reinserción en la sociedad, pero también nos quiere recordar el paso por Pontevedra de una mujer que dinamitó muchas de las concepciones sobre lo femenino que en el siglo XIX se mantenían vigentes. Ahora, una biografía a cargo de Anna Caballé reivindica su personalidad alejada del cliché acuñado sobre su personalidad y explicando como su voz «fue la más poderosa de su siglo».
«La naturaleza ha querido que los dones de las mujeres se destinaran a la felicidad de los otros y que muy poco lo emplearan en sí mismas». Estas palabras, de la propia Concepción Arenal, son tomadas de una de sus autoras preferidas, Madame Stäel y Anna Caballé las recupera, de manera sorpresiva, tras consultar documentación, para realizar esta biografía, en las cuatro cajas de materiales que se encuentran en el Museo de Pontevedra. En esas cajas se encuentra la mejor manera de voltear los prejuicios que se tienen sobre la autora, al conservarse escritos que se salvaron de la destrucción de documentos que se produjo en sus días finales y tras su muerte. Anna Caballé además de ocho obras de teatro, dos novelas y un poemario, todos ellos inéditos, se dio de bruces con varios cuadernos de apuntes en los que se encuentra la mujer Concepción Arenal: «Un hallazgo iluminador y la mayor satisfacción que me ha deparado esta difícil biografía en la que que por primera vez se reconstruye toda la vida de la autora. En Pontevedra comprendí que junto a la severa pensadora y reformista latía otra mujer, rebelde, enamorada, desafiante y orgullosa, sobre la cual la primera se había impuesto con los años», escribe Anna Caballé en la introducción a este volumen titulado ‘Concepción Arenal. La caminante y su sombra’ que la editorial Taurus incluye en una espléndida colección de biografías.
Placa en vivienda de la calle Oliva en la que vivió la escritora
Reafirma así Pontevedra su vinculación con la autora nacida en Ferrol en 1920, y mantenida en vida cuando llega a la ciudad en 1889, al destinar Fomento a su hijo Fernando a la ciudad en su calidad de ingeniero de obras públicas, instalándose en la céntrica calle de la Oliva, lugar en el que hoy se conserva una placa en recuerdo de la estancia de la escritora y donde rápidamente organizó encuentros con diferentes personalidades de la ciudad con las que poder conversar de sus inquietudes. Por allí pasaron el Marqués de Riestra, la familia del marino Méndez Núñez, el catedrático Ernesto Caballero, Casto Sampedro, Augusto González Besada o los poetas Renato Ulloa y Heliodoro Fernández Gastañaduy. Hombres que sin embargo admiraban a Concepción Arenal. Son esos los años finales de la autora, con numerosos problemas de salud. Catarros y fiebres se van sucediendo siendo consciente de que el final llegará más pronto que tarde. En 1890 el traslado de su hijo a Vigo la lleva a dejar la capital y allí fallece tres años después.
Más allá de estos apuntes locales para nuestro interés, lo brillante de la biografía radica en esa descubierta y aproximación a la mujer, a la madre, a la hermana, a sus deseos y flaquezas que humanizan un relato que, por otra parte, tiene en la brillante narración de su autora el elemento necesario para no caer en la pesadez y rigidez con que muchas veces se envuelven este tipo de textos.
Concepción Arenal fue la primera mujer en asistir a la Universidad Española, lo hizo como oyente en un principio y disfrazada de hombre, para lo que incluso se cortó el pelo. Su deseo es licenciarse en Derecho lo que logra pese a ser descubierta en su engaño por el rector y, tras superar unas pruebas para su admisión, consigue llevar hasta el final dichos estudios. Su interés por las causas humanitarias apoyando a la Sociedad de San Vicente de Paúl la lleva a obtener una enorme consideración desde la administración. La beneficencia, la ayuda a los más necesitados y las situaciones de los penales españoles la irán preocupando cada vez más. Escribe numerosos textos dando a conocer esas situaciones que se daban en la sociedad española. El ministro de Justicia y el director general de Establecimientos Penales la nombran Visitadora de Cárceles de Mujeres, siendo la primera mujer en ocupar ese cargo. «Odia al delito y compadece al delincuente» es una de sus famosas frases sobre la redención de los presos y la necesidad de mejora de las situaciones de los penales.
Concepción Arenal fue también una pionera en cuanto al feminismo, criticando las teorías que defendían la inferioridad biológica de la mujer y luchando por conseguir su acceso a todos los niveles de la enseñanza. Toda esta serie de luchas y anhelos literarios de la escritora, Anna Caballé, los sincroniza con su periplo vital, con un caminar que tuvo numerosas sombras convertidas en penas- como la muerte de su esposo nueve años después de casarse- y que tenían el alivio necesario en esas preocupaciones por lograr una sociedad mejor, más justa e igualitaria entre los seres humanos.



Publicado en Diario de Pontevedra 26/11/2018


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