xoves, 19 de marzo de 2020

Desasosiego/2. Sonrisas e ilusiones



Necesitamos recuperar sonrisas e ilusiones. Este desasosiego en el que nos encontramos habitando nos obliga a buscar motivos para reír e impulsos para pensar en un futuro mejor. Necesitamos libros, músicas, proyectos e iniciativas que nos activen para rescatar todo aquello que la adversidad rápidamente ha sido quien de desterrar del día a día.
No se creó en este paisaje del desconcierto, pero sí que su génesis tiene mucho de buscar luz en la oscuridad, de agitar afectos y solidaridades, en definitiva, de usar la cultura y la sensibilidad para emocionar y concienciar. La publicación de ‘La bailarina sin corazón’, entre sus numerosas virtudes, promueve precisamente que esa red de complicidades eche a volar. Un cuento escrito por Nahir Gutiérrez e ilustrado de manera primorosa por Iván Harón que la editorial Mueve tu lengua publicó hace unas pocas semanas. En él nos encontramos la historia de la niña Abigail, dotada de unas capacidades innatas y casi milagrosas para el arte. Un relato que se perfila entre la salud, la ilusión por el futuro y la posibilidad del descubrimiento interior para hacer de ese futuro un sonido íntimo que lo haga mejor tras el inesperado revés.
Estamos en nuestro tiempo (¡qué decir durante estos días!) obligados a conectar corazones, tal y como afirma Raquel Martos en el prólogo del libro. Corazones que hagan palpitar la vida, ahora que cada vez más nos damos cuenta de su irrecuperable valor. Tanto Nahir Gutiérrez como Iván Harón han activado esa conexión desde la sencillez y la honestidad de este relato, desde una historia conmovedora de palabras medidas que nos conduce hacia lo más auténtico que puede haber en la vida, como es el encontrar la satisfacción con el yo, con la propia persona, habitualmente acosada por un exterior que no siempre le resulta favorable.
Abigail es la recuperación de una sonrisa y una ilusión, pero también es el gesto solidario de todos los que adquieran este libro que destina una parte de su precio a la Fundación Menudos Corazones. Y es que todo en este proyecto es sutura y alivio. En definitiva, confianza en el ser humano.


Publicado en Diario de Pontevedra 19/03/2020


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