luns, 23 de marzo de 2020

Desasosiego/6. Andar, un privilegio

Antonio Muñoz Molina (Zipi)


ANDAR, caminar, pasear, merodear, deambular. Todo eso que ahora nos está vedado. Éramos felices y no lo sabíamos. Despreciábamos lo más simple, todo aquello que emerge de la libertad, del movernos sin rendirle cuentas a nadie. Este desasosiego en el que estamos sumidos nos está obligando a la reflexión, a pensar que cualquier conquista basada en el ejercicio de la libertad es un preciadísimo bien que en cualquier momento se puede fracturar.
‘Un andar solitario entre la gente’ es un libro publicado en 2018, el penúltimo del escritor Antonio Muñoz Molina, que el pasado año, también en Seix Barral, publicaba ‘Tus pasos en la escalera’. En ese andar literario de hace un par de años el autor traduce la realidad de nuestro mundo a través del hecho de caminar. De ese deambular que en nuestras ciudades se ha convertido en un acto mecánico al que no sabemos extraerle el rendimiento necesario. Antonio Muñoz Molina hace de ese andar entre el colectivo una mirada inteligente hacia una sociedad sobreestimulada que busca la seducción de nuestra atención a cada instante.
Ahora, que este andar está vedado, pensamos en ese caminar como un tesoro a recuperar, para cuando así sea poder entenderlo de otra manera, no tan tiranizado por nuestras prisas diarias, por unas urgencias cotidianas que ahora se revelan como mucho menos importantes de lo que considerábamos.
Esta novela del apunte, de la crónica inmediata del escritor hoy, pero también de otros escritores del ayer, desde Baudelaire a Pessoa, que ensalzaron el caminar como parte de su inspiración y de conexión con las nuevas urbes en las que habitaban, retoma estos días una nueva dimensión. Como suele suceder con la buena literatura, esta no atiende a tiempos concretos, y muchas de las preguntas e incertezas que el autor plantea en este texto se erigen en estos días en dedo acusador hacia nosotros mismos, hacia la convulsión provocada en nuestro mundo de capitalismo extremo con derivas como el consumismo, la contaminación o el desprecio a la cultura y la educación, al fin y al cabo, laboratorios capaces de engendrar cualquier virus.


Publicado en Diario de Pontevedra 23/03/2020 

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