luns, 17 de xaneiro de 2022

El éxodo del silencio

 

[Ramonismo 96]

La poderosa narrativa de Sergi Bellver convierte este texto en un itinerario vital e histórico por las grietas de Europa



EUROPA, esa vieja dama, tantas veces agotada y otras tantas capaz de dar muestras de su efervescente diversidad vital, es el escenario de la novela de Sergi Bellver. Su estreno en este género tras haber mamado literatura desde los más diversos aspectos de este atractivo y enigmático universo, como es el de la escritura. Cuentos, poemarios, diarios, cuadernos de viajes, así como su activismo desde la edición, la enseñanza, la crítica, el periodismo o incluso la venta de libros, le otorgan un amor inquebrantable por el hecho de contar y por hacerlo bien, siempre desde el respeto al oficio. De ahí que este debut con el título ‘Del silencio’, que la coruñesa editorial Ediciones del Viento ha puesto en circulación, es todo un muestrario de ese amor a un oficio, el de escribir, pero también a tantear la realidad que nos rodea y, todo ello, sin perder el rastro de la historia y de los paisajes que nos configuran.

Del silencio’ tiene mucho de búsqueda, de materializar, desde lo literario, lo que el propio escritor apunta en su texto, como «perseguir ese silencio que todavía espero encontrar a veces bajo las palabras», y a ello se dedica en cuerpo y alma Sergi Bellver a lo largo de una novela marcada por una narración poderosa en el manejo del lenguaje, en atrapar al lector bajo una historia y en cómo se le presenta, con momentos de una inusitada y conmovedora belleza que se leerían una y mil veces.

Todo ello envuelve el relato de un refugiado en el París de posguerra que regresa a Budapest en la búsqueda de su tío, la persona que le enseñó el valor del silencio y las palabras. Esa dualidad, silencio y palabra, será la que balice la vida de un protagonista que, en su itinerario por Europa, desde París a Budapest, pasando por Viena o Praga, sintetiza uno de esos recorridos de tantos y tantos deambulantes, por los más diversos motivos, a lo largo de un territorio que llega a nosotros a través de los costurones que le ha dejado una historia de enfrentamientos, desencanto y dolor. Por esas suturas camina János, poniendo sus pies donde piensa que es un firme suelo, pero que no deja de dar sorpresas por lo que se acumula bajo él y que todavía el paso del tiempo y la memoria no han sido quien de cauterizar.

Con la presencia del amor el protagonista alivia esas tensiones, pero también tiene en la cultura otro de esos ingredientes imprescindibles para seguir respirando, para mirar al futuro con una cierta esperanza y para esa conquista de la belleza que emana de libros, imágenes de películas o músicas para atemperar un alma agitada en diferentes ocasiones y, al tiempo para guarecerse en ese silencio en el que busca siempre cobijo. Un cobijo que no sólo debería sosegar a János sino a la propia Europa que convirtió el siglo XX en un siglo de ruido y trincheras y cuyos acontecimientos forman en la novela una suerte de desfiladero que va desde la posguerra en París, la Primavera de Praga, la Guerra Fría o la Guerra de Argelia. Sobresaltos en los que los humanos son meras marionetas, personajes de una producción gestionada por un guión del horror en el que Sergi Bellver escarba para tirar de un hilo de humanidad, desde el que el protagonista asume su papel como individuo frente a ese colectivo que rara vez confía en las bondades de este.

Como novela que se mueve por varios escenarios y ciudades, tiene en todo lo que alude a sus descripciones y paisajes uno de sus puntos fuertes. Sergi Bellver, conocido trashumante literario, vuelca a lo largo de toda la novela sus experiencias en los diferentes escenarios de la novela. Ámbitos recreados con todo lujo de detalles en los que al poco tiempo el lector ya se siente cómodo por la confianza que el autor, que estuvo en todos ellos, es capaz de transmitir. Así es como esas páginas, esos fragmentos en particular, son toda una conquista del escritor capaz de evadirnos de nuestro entorno para adentrarnos en todos esos escenarios.

A través de esos viajes, de esas estancias, es cómo se ha ido armando ‘Del silencio’, precisamente desde muchos silencios solitarios y frente a las ventanas abiertas a esos paisajes que nos envuelven en una novela para disfrutar con el gozo de escribir, con el fulgor de una escritura hecha para aplacar el ruido.

 

 

Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 15/01/2022


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