xoves, 9 de abril de 2020

Desasosiego/ 23. Poesía binaria



SON COMO boyas que asoman flotando entre el desasosiego de estos días. Balizas a las que sujetarse para hacer de los minutos instantes de reflexión y medida de nosotros mismos y de nuestro tiempo. Son los libros de poesía de la Colección Visor, destellos negros que la honran título tras título. Una colección heterogénea y diversa, en tiempos y voces, como es, y como debe ser la poesía. Así es como en un envío te pude llegar una recopilación de poesía de Miguel de Unamuno y un nombre que acabas de conocer.
De esta manera llega un pequeño poemario firmado por Begoña M. Rueda, una jienense nacida en 1992 que ha logrado con este poemario, ‘Error 404’, el prestigioso premio Ciudad de Burgos.
Tras su lectura uno comprende la necesidad de ese premio, la apuesta del jurado por una poesía que se adentra en un territorio ignoto. Un desfiladero binario de tecnologías informáticas con las que la poesía pretende hacer versos, acariciar ese lomo de piel encrespada que casi siempre vemos como un armazón tecnológico alejado de nuestra piel y de escasos sentimientos.
Begoña M. Rueda se vale de la ironía, del humor y la sorpresa para engrasar este poemario que también se vale de la antigüedad, de la tradición poética, para abrir y cerrar un paréntesis entre Tesalia y el valle de Napa en el que contener estas poesías que se mueven por diferentes derivas informáticas, pero que finalmente no se alejan demasiado de ese latido humano que la poesía es capaz de contener como pocas expresiones creativas. Ecologismo, feminismo, sexualidad, son teclas que no duda en pulsar la poeta para adentrarnos en estos espacios en los que la poesía es también altavoz de un tiempo definido por lo tecnológico, pero en el que lo humano debe ser resistencia.
Un cactus junto a un ordenador, unas minas salvajes de las que extraer coltán, webs de citas, antivirus profilácticos... diversas y lúcidas maneras de accionar el ‘enter’ de la poesía para vincular palabra y tecnología. Y son las palabras las que desenmascaran ese territorio binario, las que se mueven ágiles y certeras desde la línea de la página para disolver la pantalla, para que todo ese vómito permanente de contenidos, más o menos necesarios, más o menos aprovechables, palidezca ante la sugerencia, ante aquello que esa palabra es capaz de proponer junto a la intención de la autora y la comprensión del lector o lectora.
Lejos de ser aquellos heraldos negros de César Vallejo los libros de la Colección Visor son accesos al gozo lector, vibrantes termómetros de la poesía que es y de la que fue. Una mezcla necesaria como siempre lo es la poesía para poder seguir a flote ante tanto oleaje y ante tantos errores, aunque hoy toca uno bueno: ‘Error 404’.



Publicado Diario de Pontevedra 9/04/2020

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