Es parte de esa magia que sólo el cine es quien de lograr, la capacidad de resucitar a alguno de sus héroes, a esos personajes que son ya inmortales en nuestro imaginario cinematográfico. Esto es lo que sucede desde este fin de semana con Butch Cassidy, aquel forajido encarnado de manera inolvidable por Paul Newman, al que el tándem Mateo Gil y Miguel Barros han sido lo suficientemente valientes, y por lo que dicen los que han visto la película, lo necesariamente audaces, como para que esa revisión sirva para renovar su figura sin caer en la caricatura. Algo nada fácil de evitar y que quizás lo sea menos si nos detenemos en la circunstancia de que dos españoles sean los que se atrevan con un western. Género por excelencia de la historia del cine en el que ambos se embarcaron para continuar el rastro de Butch Cassidy por tierras bolivianas. Cine del Oeste con producción plenamente española, y con aires de nuestra ría de Pontevedra a la que tanto se asoma Miguel Barros, guionista de la película e hijo de aquel pontevedrés mayúsculo, el doctor José Luis Barros Malvar. Desde Udra se han ido componiendo las líneas del guión de ‘Blackthorn’, con el mítico Sam Shepard como protagonista, un guiño más para una película diferente en nuestro paisaje cinematográfico, una excelente noticia en forma de un western de soledades y miradas infinitas.
Publicado en Diario de Pontevedra 03/07/2011
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