luns, 12 de agosto de 2019

Diálogo entre materiales

Rue Saint-Antoine nº 170
Escultura ▶ Miguel Muñiz y Miguel Saco llevan varios días uniendo fuerzas escultóricas en la sala de exposiciones de la pontevedresa galería Nemonon en una muestra que se clausura el próximo día 16. Un tiempo en el que todavía pueden aprovechar para sentir cómo el material es capaz de generar sensaciones diferentes, pero siempre impactantes




Si algo define a cualquier escultor es su relación con el material. El germen donde fundamentar su trabajo, el elemento desde el que vertebrar una concepción artística y una manera de dialogar con el espectador, pero sobre todo, con ese material.
Los ourensanos Miguel Muñiz y Miguel Saco llevan ya muchos años enfrascados en ese diálogo inagotable con el material como sustento de su obra, pero también con un espectador al que todo artista busca insertar en ella. Teclas de piano, maderas, piedras, hierros, objetos que ya han tenido un paso anterior por la realidad, son las que Miguel Muñiz gestiona como parte esencial de su trabajo.
Composiciones que surgen de la combinación de varios de esos materiales, de un mismo elemento, como puede ser el marfil de las teclas de un piano, o de varios, como sucede en sus piedras sobre maderas y sujetas por hierros. En todas ellas hay un intento visual por componer, un equilibrio de formas y color que dotan a sus piezas de sugerentes matices que nos llevan a la visibilización del sonido de la música, en el caso de sus obras realizadas con teclas, o un trabajo más vinculado a la naturaleza, con esas otras obras que surgen del tiempo y los efectos que el entorno natural produce en materiales que el escultor recoge de su lugar de origen. Muchos de ellos en nuestra geografía, como si Galicia misma cincelase eses materiales para, una vez recuperados y analizados por Miguel Muñiz, verse dotados de una inesperada potencialidad escultórica y de la capacidad de convertirse en algo bello frente al espectador.
Su compañero de la exposición titulada ‘Entre el caos y la armonía’, Miguel Saco, realiza una propuesta muy diferente, pero de nuevo con una fuerte impronta del material.
Sus piezas minimalistas, generan una percepción casi irreal, como si esas obras pulidas, refulgentes desde un color vibrante, capaz de suscitar en ese mismo espectador la sensación de encontrarse ante un objeto que únicamente se define en base a esos tres elementos: color, forma y superficie. Recupera Miguel Saco los postulados de esa corriente escultórica que se rebeló contra muchas de las propuestas artísticas en los años sesenta y setenta del pasado siglo. Este creador, gran experto en objetos del siglo XIX y XX, en cuyo peritaje y recuperación se ha especializado desde su marcha a Nueva York hace ya varias décadas, no ha dudado en apostar por una escultura de una profunda intimidad, como retomando esa reacción ante un mundo lleno de distracciones y confusiones para un ser humano cada vez más incapaz de buscar la concentración y, porque no, la emoción en un objeto sencillo, en una especie de gesto de rebeldía que hoy en día sigue siendo tan válido como el de aquellos outsiders norteamericanos.
Dos propuestas que nos conducen a la importancia del material como algo que va más allá de ser un mero soporte, ya que se convierte en el catalizador de las inquietudes de estos dos hombres que, a su larga labor profesional, le han unido la capacidad de dialogar con el mundo, desde la escultura entre el caos y la armonía.



Publicado en Diario de Pontevedra 12/08/2019

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