martes, 12 de decembro de 2023

Rumbo al mar

 

[Ramonismo 174]

 'Mañana y tarde’, publicado días antes de la concesión del Nobel a su autor, reflexiona sobre el inicio y el fin de la vida



EL PASADO cinco de octubre el nombre de Jon Fosse dejó de ser el de un desconocido, para ser aclamado por el mundo literario como el nuevo Premio Nobel de Literatura. Favorito entre quienes siempre juguetean con las apuestas de candidatos y, sobre todo, entre quienes conocían su literatura que en España tiene en la editorial De Conatus un refugio frente a la ignorancia masiva, ante uno de esos nombres que llegan más allá de las fronteras literarias más comunes, también de los ámbitos más comerciales y mediáticos, pero que no por ello dejan de tener su mérito e importancia. De ahí que los Premios Nobel, más allá de los efectismos de esos nombres extraños, también desempeñe un relevante papel en poner el foco en esas otras literaturas tan desconocidas por una buena parte del mundo, autores muy ligados a su entorno, a una geografía, también a una lengua, muchas de ellas minorizadas, y en permanente peligro por otros ecosistemas lingüísticos mucho más poderosos.

Bajo este conjunto de situaciones es cómo nos debemos estrenar (quien esto escribe así lo ha hecho) en la lectura de este noruego nacido en 1959, debutó en la novela en 1983 y desde entonces ha escrito más de cincuenta obras entre teatro, novela, poesía o ensayo. ‘Septología’, editada por De conatus, reúne tres de sus obras más aplaudidas y en estos días saldrá a la venta una nueva edición empujada por los vientos del Nobel. Pero hace tan solo unas semanas, antes del revuelo que llegó del norte, Nórdica libros y De Conatus publicaron en comandita ‘Mañana y tarde’, con traducción de Cristina Gómez-Baggethun y Kirsti Baggethun y tras su lectura me parece una magnífica puerta de acceso a su literatura.

En ‘Mañana y tarde’ se nos relata una historia de nacimiento y muerte, una suerte de elipsis vital llena de lirismo y un punto de ascetismo que a medida que avanzaba en su lectura se me antojaba muy cercana a las obsesiones del cine del danés Carl Theodor Dreyer, donde las preocupaciones espirituales, las miradas profundas sobre el tránsito de la vida, las relaciones entre los personajes sin elementos que nos distraigan de esos contactos humanos y el papel de la naturaleza como un enorme contexto en el que suceden nuestro día a día y con unas connotaciones tan singulares como las de aquellas latitudes lo son todo.
Todo esto es lo que rodea la historia de dos Johannes, un niño que nace, y un anciano. En un libro que se abre con un parto y todo un conjunto de reflexiones sobre ese hecho, sobre lo que supone para el que llega a este «mundo de dolor» bajo la tensión Dios-Satanás, también para los que lo rodean, y que termina con la jornada final de un hombre ante su final, ante lo que significa abandonar la vida frente a un horizonte que nos lleva a pensar en qué sucederá, qué nos encontraremos después de ese acto final, imprevisible, pero que siempre acaba llegando.

La escritura, premeditadamente sencilla de Jon Fosse busca hacer de lo cotidiano, de lo aparentemente intrascendente, lo realmente importante de nuestras vidas, momentos en los que se condensa nuestra esencia y nuestra manera de afirmarnos en el mundo, tanto en el pasado como en el presente, y que en ciertos momentos plantea de manera genial y sorpresiva con ciertos cruces de personajes y tiempos, o mejor dicho de presencias, que hacen que una mirada se prolongue más allá de ese instante presente que se está viviendo y desarrollando en el libro.

A lo largo de la novela se refleja una clara intención a la hora de observar la existencia humana y todo aquello que la rodea, y que puede ser susceptible de mantenerla, desde lo sentimental hasta lo espiritual, lo que le lleva más que a pretender encontrar respuestas a plantear preguntas que casi siempre tienen su contrapunto en un momento de calma, en una escena de pesca junto a un amigo, o en la contemplación de un lejano horizonte marino entendido casi como una meta, como el lugar donde encontrar las respuestas a esas preguntas que surgen en el territorio de lo físico, de lo eminentemente humano y que cuando todo se acaba precisa una luz en la oscuridad.

Jon Fosse pasa desde este mes a formar parte de la historia de la literatura. Con sus obras ya lo estaba, pero otra luz, la luz del Nobel, nos va a permitir iluminar su intensa y frágil escritura. 

 

Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 28/10/2023 

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