xoves, 25 de novembro de 2010

Cosas del derbi



Llega el derbi, esta vez descabalgado del paraíso deportivo del fin de semana, desplazado por una mezcla de política e intereses televisivos, elementos que cada vez más interfieren en el fútbol. Me gusta el derbi por excelencia de nuestro fútbol, Barcelona y Real Madrid enfrentados a cara de perro, pero casi más que el derbi me gusta el pre y el pospartido, lo que sucede antes cómo se establecen las estrategias, cómo se calientan los ánimos, los recaditos que se envían unos a otros, los artículos de los personajes más diversos, las porras de los amigos y lo que ocurre después, las valoraciones de lo sucedido, las caritas que les quedan a unos y otros, los efectos de los chispazos balompédicos en centros de trabajo y cafeterías. En definitiva, la salsa del derbi es casi más rica la que se cocina fuera  que la que se sustancia sobre el césped.
¿Y sobre ese césped que es lo que nos vamos a encontrar? pues seguramente mucho menos de lo que esperamos a día de hoy, y eso que todavía falta la recta final preparatoria del encuentro, entretenidos ambos contendientes en sus partidos europeos. El barcelonismo espera confiado en brazos de sus pequeñines, esos peloteros asentados en un esquema de juego definido y perfectamente desarrollado desde el cráneo de Guardiola. Es la calma, la confianza ante un trabajo de varios años con lo cual para los culés este partido podría jugarse tanto el lunes como dentro de tres semanas, sin urgencias. El Madridismo, en cambio, desea ese partido como la verdadera reválida de este año. Arrasar en la Liga está bien, ganarle al Milán no está nada mal y golear en el templo del heroe Ajax, cuna del cruyffismo, adorna lo realizado hasta el momento, pero en la Casa blanca se necesita una prueba de fuego para redimensionar a este fulgurante Madrid. Es por ello que las huestes merengues no quisieran esperar al próximo lunes, si por ellos fuera, recién llegado el Barcelona de tierras griegas y tras unos breves estiramientos ya se podría iniciar el encuentro.
Es la intensidad adolescente de quien comienza a descubrir la vida, a respirar tras años sustentados en los finos alambres del escepticismo y la desilusión. La llegada de Mourinho ha supuesto en este Madrid una ingesta acelerada del elixir de la juventud que ha revolucionado las hormonas de los jugadores blancos y desencadena en cada encuentro una atronadora tormenta. Al Real Madrid, a este Real Madrid, todavía le falta cierto aposentamiento, alcanzar la madurez de un juego más estructurado, pero mientras, lo que hace es dinamitar los encuentros con un ritmo frenético a partir de unos jugadores extraordinarios. Pero como todo joven todavía presenta numerosas fisuras, momentos inciertos de los que un buen rival, un rival potente, como el que se encontrará el Real Madrid en el Camp Nou puede sacar jugosos réditos.
En definitiva, dos modelos contrapuestos que presagian el mayor enfrentamiento de los últimos años, pero como sucede ante las grandes expectaciones muchas veces se quedan en nada, y es más que posible que veamos un partido extremadamente intenso, con muchos roces entre los jugadores, mourinhadas varias, tanganas y parones de juego, y a lo mejor, los goles se quedan para otro día. Por lo de pronto disfruten del prepartido, no sean demasiado desafiantes con sus compañeros rivales ya que todo derbi tiene tras de sí un postpartido y aunque esa semana será más corta, esas balas las carga el diablo. Que ustedes lo disfruten bien.

Publicado en Diario de Pontevedra (25/11/2010)

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