CON LA mano de George W. Bush sobre su hombro, José María Aznar hinchó el
pecho para sacar a España del «rincón de la historia» y lo que hizo fue
empotrarnos en el rincón de la vergüenza. Diez años después y viendo en el día
de ayer esa mezquina fotografía en el paraíso de las Azores repetida en
diferentes medios, todavía a muchos nos sigue avergonzando, al tiempo que hace
que nos preguntemos ¿qué coño hacíamos nosotros ahí?
Contra la voluntad de su propio pueblo el entonces presidente español nos
colocó en un lugar en el que nunca quiso estar este país y solo su megalomanía
justificó ese instante. Pasados diez años los tres integrantes de esa imagen
deberían regresar al archipiélago luso, volver a convocar a los medios de todo
el mundo y, con sus banderas ondeando al viento, reconocer el error de aquella
decisión y pedir perdón a todos los que hoy nos volvemos a sonrojar.
Entre Dous. Diario de Pontevedra. 18/03/2013
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