luns, 11 de novembro de 2019

Poesía bajo llave

[Ramonismo. 1]

La caja 1.109 de la cámara acorazada del Instituto Cervantes cobijará la poesía de Joan Margarit hasta 2038


EL 11 DE MAYO de 2038 se abrirá la caja que en el sótano de la sede madrileña del Instituto Cervantes guarda desde el pasado lunes el legado que Joan Margarit ha querido dejar para el futuro. Ese día el poeta catalán habrá cumplido cien años y es posible que no se encuentré allí, participando de ese acto tan necesario. ¡Quién sabe!
La poesía siempre es necesaria, una permanente redención del ser humano que no entiende de tiempos ni de silencios. En ese lugar tan aséptico, el autor de ‘Amar es donde’ ha depositado dos libros con sus versos, uno de ellos en catalán, el otro en español. Suturados, ambos, en su distancia actual desde el propio ejercicio de la poesía y en su posición de inconfomidad con la realidad, así como en su búsqueda de lo bello.
Está siendo un año portentoso para uno de los poetas más audaces de nuestras letras. Su último libro, ‘Un asombroso invierno’ (Proa, 2017/Visor, 2018) continúa como un diapasón marcando al lector el devenir de un tiempo que Joan Margarit calibra desde la atalaya de sus 81 años. Cada página de ese libro es un estremecimiento, un sobrecogedor poema tras otro que nos ubica ante la vida, eso tan difícil de convertir en escritura, para sentir su pellizco, a veces cruel y otras feliz. Dentro de unos días, el próximo 22 de noviembre recibirá el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el máximo galardón poético de la lengua castellana, toda una ‘entente cordiale’ desde la poesía en un tiempo de tensiones miserables que devoran nuestras identidades desde la oposición y nunca propiciando los afectos. Ese premio es la coreografía perfecta para la obra de este catedrático jubilado de cálculo de estructuras de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, una obra recogida recientemente en un volumen imprescindible ya para la poesía, ‘Todos los poemas (1975-2015)’ (Editorial Austral), en donde el naufragio se convierte en amor como el tintero imprescindible desde el que entender la poesía. Un amor que va mucho más allá de la pasión y que se mueve por los lazos con los que la vida nos va atando a diferentes personas más o menos próximas.
La caja de las letras’ es el epígrafe que corona el acceso a esa colección de cajas que diferentes autores están llenando con sus depósitos para ser abiertas en el futuro. Esa esperanza en que todavía dentro de un buen número de años la cultura siga interesando tiene algo de enternecedora inocencia, pero también hay una hermosa metáfora en eso de acaudillar la palabra en una cámara acorazada, como si fuese el último reducto de este ser humano cada vez más indolente con todo lo referido con la cultura. Allí reposarán cuadernos, textos, objetos, y los más variados elementos que fundamentan la escritura de cada uno de los allí sepultados.
«Estos versos un día os sonarán antiguos./Es la fugacidad, una palabra/ que implica, junto a la delicadeza, la indiferencia y la desolación./Pero no es más que un punto/del Universo que ahora se dispone/a salir silencioso a la velocidad/de la luz: ser fugaz es justo eso./Llamarlo esperanza tranquiliza». Las palabras de Joan Margarit en su poema ‘Si leéis este libro’, parecen anunciar lo que vendrá cuando se abra esa caja 1.109, cuando sus poemas echen a volar en otro tiempo y quizás en otra dimensión. Piensen lo que éramos hace veinte años y a lo mejor podemos entender lo que seremos dentro de otros veinte. Pero allí estará la palabra, suspendida en el tiempo, como sólo la poesía sabe fijar. Joan Margarit vuelve a aprenderlo todo, como en su ‘Relato sentimental de la memoria’, cada año que pasa, tras cada poema, tras cada palabra, en una recuperación de la memoria necesaria para establecer un nuevo contexto, un aprendizaje permanente para observar la realidad con la experiencia a cuestas. Un petate de escepticismo que crece cada año y que ahora se guarda bajo llave, como tantos textos entre las tapas de un libro, con el fin de ser abierto, de ser leído, de ser libre.
Cojan cualquier libro de Joan Margarit y entren en su poesía, se olvidarán del tiempo y la desolación, encontrarán belleza y emoción, dos monedas que colocar sobre los ojos ante cualquier viaje, ante cualquier tiempo futuro.



Publicado en Diario de Pontevedra 9/11/1971
Fotografía. Joan Margarit en el Instituto Cervantes (Ballesteros.Efe)






Más sobre Joan Margarit:
https://ramonrozas.blogspot.com/2018/01/militancia-en-la-poesia.html

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