[Ramonismo. 1]
La caja 1.109 de la cámara acorazada del Instituto Cervantes cobijará la poesía de Joan Margarit hasta 2038
La caja 1.109 de la cámara acorazada del Instituto Cervantes cobijará la poesía de Joan Margarit hasta 2038
EL 11 DE MAYO de 2038
se abrirá la caja que en el sótano de la sede madrileña del
Instituto Cervantes guarda desde el pasado lunes el legado que Joan
Margarit ha querido dejar para el futuro. Ese día el poeta catalán
habrá cumplido cien años y es posible que no se encuentré allí,
participando de ese acto tan necesario. ¡Quién sabe!
La poesía siempre es
necesaria, una permanente redención del ser humano que no entiende
de tiempos ni de silencios. En ese lugar tan aséptico, el autor de
‘Amar es donde’ ha depositado dos libros con sus versos, uno de
ellos en catalán, el otro en español. Suturados, ambos, en su
distancia actual desde el propio ejercicio de la poesía y en su
posición de inconfomidad con la realidad, así como en su búsqueda
de lo bello.
Está siendo un año
portentoso para uno de los poetas más audaces de nuestras letras. Su
último libro, ‘Un asombroso invierno’ (Proa, 2017/Visor, 2018)
continúa como un diapasón marcando al lector el devenir de un
tiempo que Joan Margarit calibra desde la atalaya de sus 81 años.
Cada página de ese libro es un estremecimiento, un sobrecogedor
poema tras otro que nos ubica ante la vida, eso tan difícil de
convertir en escritura, para sentir su pellizco, a veces cruel y
otras feliz. Dentro de unos días, el próximo 22 de noviembre
recibirá el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el máximo
galardón poético de la lengua castellana, toda una ‘entente
cordiale’ desde la poesía en un tiempo de tensiones miserables que
devoran nuestras identidades desde la oposición y nunca propiciando
los afectos. Ese premio es la coreografía perfecta para la obra de
este catedrático jubilado de cálculo de estructuras de la Escuela
Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, una obra recogida
recientemente en un volumen imprescindible ya para la poesía, ‘Todos
los poemas (1975-2015)’ (Editorial Austral), en donde el naufragio
se convierte en amor como el tintero imprescindible desde el que
entender la poesía. Un amor que va mucho más allá de la pasión y
que se mueve por los lazos con los que la vida nos va atando a
diferentes personas más o menos próximas.
La caja de las letras’
es el epígrafe que corona el acceso a esa colección de cajas que
diferentes autores están llenando con sus depósitos para ser
abiertas en el futuro. Esa esperanza en que todavía dentro de un
buen número de años la cultura siga interesando tiene algo de
enternecedora inocencia, pero también hay una hermosa metáfora en
eso de acaudillar la palabra en una cámara acorazada, como si fuese
el último reducto de este ser humano cada vez más indolente con
todo lo referido con la cultura. Allí reposarán cuadernos, textos,
objetos, y los más variados elementos que fundamentan la escritura
de cada uno de los allí sepultados.
«Estos versos un día
os sonarán antiguos./Es la fugacidad, una palabra/ que implica,
junto a la delicadeza, la indiferencia y la desolación./Pero no es
más que un punto/del Universo que ahora se dispone/a salir
silencioso a la velocidad/de la luz: ser fugaz es justo eso./Llamarlo
esperanza tranquiliza». Las palabras de Joan Margarit en su poema
‘Si leéis este libro’, parecen anunciar lo que vendrá cuando se
abra esa caja 1.109, cuando sus poemas echen a volar en otro tiempo y
quizás en otra dimensión. Piensen lo que éramos hace veinte años
y a lo mejor podemos entender lo que seremos dentro de otros veinte.
Pero allí estará la palabra, suspendida en el tiempo, como sólo la
poesía sabe fijar. Joan Margarit vuelve a aprenderlo todo, como en
su ‘Relato sentimental de la memoria’, cada año que pasa, tras
cada poema, tras cada palabra, en una recuperación de la memoria
necesaria para establecer un nuevo contexto, un aprendizaje
permanente para observar la realidad con la experiencia a cuestas. Un
petate de escepticismo que crece cada año y que ahora se guarda bajo
llave, como tantos textos entre las tapas de un libro, con el fin de
ser abierto, de ser leído, de ser libre.
Cojan
cualquier libro de Joan Margarit y entren en su poesía, se olvidarán
del tiempo y la desolación, encontrarán belleza y emoción, dos
monedas que colocar sobre los ojos ante cualquier viaje, ante
cualquier tiempo futuro.
Publicado en Diario de Pontevedra 9/11/1971
Fotografía. Joan Margarit en el Instituto Cervantes (Ballesteros.Efe)
Más sobre Joan Margarit:
https://ramonrozas.blogspot.com/2018/01/militancia-en-la-poesia.html
https://ramonrozas.blogspot.com/2015/04/el-tiempo-hecho-poesia.html
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