[Ramonismo 84]'
'Agnes’ es un inteligente libro en el que vida y literatura arman un texto lleno de atractivos para el lector
Había dejado Javier Peña las expectativas bien altas tras la que fue su primera novela, ‘Infelices’, con lo que este segundo salto al vacío que significa la publicación de cualquier libro se esperaba de manera casi que ansiosa por algunos lectores, entre los que me incluyo. Muchas veces esas esperas cobijan un anhelo desmedido, que suele verse defraudado a las pocas páginas. ‘Agnes’, editada de nuevo en el sello Blackie Books, va en camino contrario a esa posible decepción, ya que cada página trabaja para activar la siguiente, para seguir conociendo más capítulos de una historia que te va sorprendiendo (sí, sorprendiendo, eso tan difícil hoy en la literatura) con cada escalón que Javier Peña construye como una especie de escalera que, llegado un momento de la escalada, atraviesa las nubes que el propio autor había colocado ante nuestros ojos y muestra una nueva realidad.
Una periodista acepta el trato de escribir la biografía de Luis Foret, un autor que lidera con cada uno de sus libros las listas de ventas. Esas cifras, esos datos asépticos, son los únicos que conoce el mundo de ese escritor que ha borrado toda huella sobre sí mismo. A través del correo electrónico Luis Foret y Agnes arman una biografía que realmente son dos, la de la periodista y la del escritor, pero también surge un libro sobre la propia literatura, sobre la manera de escribir, sobre cómo hacer de la vida sustrato para la creación y cómo un autor no es solo uno sino muchos.
Javier Peña, profesor de escritura creativa, y protagonista de diferentes talleres de escritura, sintetiza aquí toda una lección o varias de cómo construir una novela, que aquí integra diferentes partes como una pieza de orfebrería ofreciendo un sobresaliente resultado activado, además, por el manejo del lenguaje, el tratamiento de los personajes y una pizca de humor que va sazonando diferentes partes del relato.
Cada uno de los libros de Luis Foret presenta tras ellos una historia, y esos relatos, que explican personajes y argumentos de una novela pero con un claro anclaje en lo real, son los que van generando los diferentes capítulos de la biografía de un autor que deja un rosario de víctimas mortales, mujeres todas ellas, que tejen toda una tela de araña sobre como son sus relaciones con el sexo contrario. Esa armazón permite también debatir y analizar qué es una biografía, que es lo realmente interesante a la hora de conocer a una persona que no siempre debe ser lo que se entiende como una biografía canónica. Agnes, al igual que el lector, irá cubriendo una serie de etapas en el descubrimiento de Luis Foret, esos escalones que se suben hasta desvelar al auténtico personaje que se esconde tras un misterio que Javier Peña conforma a través de un puzle que muestra la pericia en la escritura del coruñés para crear esas piezas, aparentemente desordenadas y movidas de sitio, pero que finalmente se engarzan en un maravilloso resultado que te atrapa y al que sigues dando vueltas horas y días después de su conclusión.
«Escribir una biografía no es más que una forma de detener la verdad en nueve o diez relatos», escribe Javier Peña en boca de Luis Foret, y así es como Agnes se enfrenta a esos relatos para despejar la incógnita sobre quién es su biografiado, encontrándonos a toda una serie de nombres- que importante es el concepto nombre en toda la novela- que definirán una vida, dos realmente, y ante los que Javier Peña sublima unas descripciones tanto de lugares, como de personajes o instantes de una manera ejemplar. Dos o tres palabras que, como fogonazos, iluminan cada una de esas presencias, rasgos físicos, diálogos, cruces de miradas que en unos segundos te ofrecen todo un caudal de información sobre lo que tenemos delante.
Auster, Murakami, Pynchon, Carver, son convocados aquí, ya no solo en palabra sino en una prosa que dialoga directamente con todos ellos, con los azares de la vida, con las relaciones humanas como un engranaje irrenunciable desde la literatura, con unos entornos que marcan cada uno de nuestros actos y que señalan un futuro en ocasiones inexorable.
‘Agnes’ es una enorme novela que uno goza como hacía tiempo que no disfrutaba de un libro, con esa mezcla de descubrir que se esconde tras ese interés biográfico y entender cómo toda esa información se sitúa ante nosotros alejada de convencionalismos. Si aquellos ‘Infelices’ fueron una manera de gestionar la vida de sus protagonistas, ‘Agnes’ se evidencia como una gestión de la propia literatura, del hecho de contar y de coser un relato que atrape al lector en su interior. A partir de aquí Javier Peña nos convoca a todo un festín literario desde el que entender cómo articular una novela pero, sobre todo, lo que significa llamarse Luis Foret.
Publicado en Revista de Diario de Pontevedra 9/10/2021
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