domingo, 18 de setembro de 2011

Cicatrices recuperadas de la piel de la ciudad

El pasado siete de septiembre nacía en Pontevedra un nuevo espacio de pensamiento, reflexión y cultura. Un arriesgado oasis en estos tiempos en los que todo lo que se aproxime a esos conceptos parece escaldar a esta sociedad que entre todos hemos creado. La Fundación Cuña-Casasbellas abre en la calle Gerardo Álvarez Limeses un lugar para potenciar sus actividades dedicadas a conservar el legado de los poetas pontevedreses Manuel Cuña y Jorge Cuña, pero también para permitir el paso de diferentes exposiciones en la llamada sala Versus.



Comienza su esperanzadora e ilusionante andadura la Sala Versus con la obra del fotógrafo pontevedrés Antón Babío, rastreador de huellas en la ciudad, con Pontevedra como motivo y último fin. Admirador de William Klein, quien también recuperó a lo largo de su prolífica obra la epidermis de diferentes ciudades, Antón Babío sabe que en la piel de una ciudad como Pontevedra hay superficie de trabajo y reflexión suficiente para concebir una obra artística.
Así lo hizo anteriormente con aquel extraordinario proyecto que retrató nuestro ‘rastro’ dominical que se celebra en la Plaza de la Verdura, plasmado en un libro con textos del escritor Luis Rei, y ahora repite mediante esta exposición, ‘24 POEM S/T’, donde se realiza un recorrido por unas cicatrices que surgen a lo largo de nuestra ciudad a través de los graffitis, lenguaje revolucionario de nuestro tiempo, grafismos de una nueva identidad que inunda muros y paredes y que en muchas ocasiones solemos despreciar, ajenos a su condición artística.
Antón Babío repara en esos nuevos símbolos y los fotografía para resituarlos fuera de su lugar de creación, en este caso en las paredes de este nuevo espacio concebido como casa de versos, caverna desde la que rimar palabras para que la vida ofrezca una nueva perspectiva. Colgadas de esas nuevas y blancas paredes, cuartillas blancas, que reclaman con la presencia de esas imágenes existencia necesaria de la palabra y así es, como si de un cadáver exquisito se tratara, planteado desde la propia Fundación, se ha elegido un poema para que, como en la vida, esas palabras acunen a las imágenes. Versos de Carlos Oroza, Rafael Alberti, Valente, Idea Vilariño, Rilke, Miguel Hérnandez o del propio Manuel  Cuña Novás, entre otros, sirven de sustento a todas esas fotografías, no in situ, sino a través de una pequeña colección de láminas donde conviven imagen y palabra y que no hace más que completar, de manera afortunada, la puesta en acción de este nuevo espacio para la creación.
En un duro blanco y negro, el fotógrafo nos sitúa ante todos esos símbolos de nuestras calles, pero también de nuestras vidas. Ellos son testigos mudos de nuestras idas y venidas, de nuestros paseos, de nuestras apuradas marchas hacia el trabajo, del ocio y el disfrute. Ahora reclaman su lugar, su expresión ante nuestra indiferencia. “En cada muro, en cada/ reflejo, en cada rojo/ corazón del estío,/ una pregunta, un sordo/ reproche”, escribe José Hierro en un fragmento de 'Tierra sin nosotros', y es que 'reproches' son los que todos ellos nos hacen, reproches por no atender a su identidad, por no valorar en mayor medida si no su estética, sí su contenido. Una suerte de comunicación a la que no siempre nos mostramos dispuestos a acceder, pero en la que el artista destaca su 'actualidad y espontaneidad' sabedor, a base de las numerosas miradas a través del objetivo, de que ahí se encuentra una forma de relación entre seres humanos, una denotación de este 'arte sin nombre' muy presente en una forma de cultura de nuestros tiempos. Al lado de esta ocasión especial, en la sede de la Fundación se esconden numerosas obras de arte que a lo largo de los tiempos han ido sedimentándose entre las piezas literarias y filosóficas que abundan bajo su techo. Piezas de Manuel Moldes, Manuel Ruibal, José Luis de Dios, Suso Dobao o Verónica Torres completan el recorrido por estas instalaciones, creadas para mayor gloria de dos hombres de pensamiento, Manuel  y Jorge Cuña, pero también para librar un pulso desde la poesía con esta sociedad nada generosa con ella.


Publicado en Diario de Pontevedra 18/09/2011
Fotografía Rafa Estévez

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