Se coloca Mariano Rajoy los periódicos entre su pecho y el maillot, en el descenso hacia la meta de Moncloa. Allí llegará al igual que durante toda la carrera, en medio del pelotón, sin hacer ruido, ni un demarraje, ni una pedalada a sumar al pelotón. Su resistencia muchos la aplauden como un logro, otros, simplemente ven al ciclista acomodado que circula tapado en medio del grupo al que la competición, con todas sus circunstancias, ha colocado en el podium con la suficiente ventaja para estirar ese maillot de cara a la foto que en dos ocasiones no se había podido hacer. Tan cerca se siente que solo resta evitar las caídas para cruzar la línea. A su alrededor pedalean los mismos gregarios que hace unos meses se afanaban en meter palos entre los radios de las ruedas de su bicicleta. Se huele el poder, los ramos de flores y las subsecretarías. Es hora de arropar al líder, a bloque.
Publicado en Diario de Pontevedra 14/11/2011
Ningún comentario:
Publicar un comentario