luns, 30 de abril de 2012

Paradojas en la oscuridad

Filipa César (Oporto, 1975) y Rui Toscano (Lisboa, 1970) son dos de los artistas más representativos del arte portugués del momento. Comisariada desde el buen ojo de un gran conocedor del arte portugués, el crítico de arte y promotor de distintas iniciativas artísticas David Barro, la muestra que se nos plantea desde la Fundación RAC busca, desde el encuentro de ambos, la reflexión sobre la mutación del espacio físico y cómo la aparición de variables propicia una transformación en lo que nunca es permanente y eterno. 


Mirada, juego, pero sobre todo reflexión, son los componentes que trascienden de la obra de Filipa César y Rui Toscano. En ambos se produce ese análisis de un momento, de un intervalo -más o menos amplio-en el que se produce la acción de cambio en el espacio objeto de análisis. Desde una inmensidad inabarcable para el ser humano, como puede ser el origen del universo, hasta un espacio más manejable, como la noche en una ciudad, se puede trabajar desde esa proyección. Rui Toscano eligirá el primero de ellos, mientras Filipa César hará de la noche de Berlín su tubo de ensayo. Ambos eligen un ámbito oscuro, una negación de la luz que emana de lo representado para evocar ese espacio límite, esa indefinición de lo establecido y en la que nos podemos encontrar cómodos. Ese será el marco elegido para la paradoja, para hacer de lo inverosímil conciencia de una realidad a la que no siempre prestamos la suficiente atención.
Realidades |Los dibujos o pinturas de Rui Toscano y las fotografías de Filipa César hacen de sus diferentes realidades la plasmación de lo transitorio, que sin duda es lo que les motiva en este proyecto y que, no cabe duda, es tan complejo de captar, pero sobre todo de representar. Y es en esa representación donde nos ganan definitivamente; tanto los universos de Rui Toscano, como esos fragmentos del rodaje de una película en la noche de Berlín poseen una gran capacidad de atracción. De una gran perfección técnica, en el caso del primero nos sorprende por la capacidad para sugerir el vacío entre el abismo negro, al presenciar cómo esas constelaciones oradan una dimensión espacial no exenta de una profunda carga lírica, sobre todo en algunas de sus piezas, donde apenas unos puntos sobre un papel sugieren la misma idea que las composiciones más complejas. Esa perfección en las fotografías de Filipa César, se muestra al hacer de un lugar en el que en aparicencia no sucede nada, como lo es la noche de una ciudad, un escenario de una nueva realidad, de un rodaje que busca modificar la realidad y subvertir el propio papel de la urbe.
Por lo tanto, son dos miradas las que la Fundación RAC, tan acertada en sus aproximaciones a lo actual, ofertará en nuestra ciudad hasta el 9 de junio.

Miradas
Recorrer las dos plantas que conforman el espacio de la Fundación RAC nos permitirá aproximarnos a dos nombres que han ido jalonando su andadura artística de grandes logros, siendo muy complicado que ambos formen parte de alguna muestra en la ciudad. Al igual que sucedió en la última exposición realizada en este espacio, la del artista catalán Ignasi Aballí, el trabajo que viene desplegando esta Fundación en Pontevedra merece ser elogiado por esa capacidad, más que demostrada hasta el momento, para traer hasta la ciudad de Lérez el trabajo de artistas internacionales, que normalmente solo se pude conocer en grandes citas fuera de este país.
Hablaba al inicio de esta columna de dos plantas, y así es como se distribuye el trabajo de los artistas lusos. En la parte superior, lo que podríamos llamar el 'Big Bang' de Rui Toscano, en cuyo interior un abismo negro se ve salpicado por numerosos puntos que al fin y al cabo son luz, brillantes pozos de los que extraer algún tipo de vida. Una permanente tensión entre la superficie y el fondo, entre lo visto y lo intuido, en definitiva, entre la materia y la nada.
Filipa César, por su parte, hace de Berlín un gran estudio de cine, un rodaje de lo que siempre es un falseamiento de la realidad, una de esas fisuras que surgen en la ciudad como contraste con lo que es la realidad, es decir, nuestro discurrir diario por ella. Al caer la noche, de esa oscuridad surge una nueva ciudad, pero la artista va más allá al provocar la reflexión sobre esa intervención en lo urbano, donde la iluminación, los planos o el guión cambiarán la estructura de ese ámbito 'controlable' por el ser humano. Y es en esa planta inferior donde interviene Filipa César, para traernos la noche, para traernos, también, una visión fascinante de una producción cultural. Tan fascinante como las producciones culturales surgidas de la Fundación RAC.


Publicado en Revista. Diario de Pontevedra  29/04/2012
Fotografías Guille López

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