La obra de Ismael
Rodríguez Fraga llena las paredes de la Galería About-Art de Pontevedra en una
muestra que de nuevo nos coloca ante un artista dotado para suscitar en el
espectador el interés por su trabajo. Una peculiar transfomación de materiales
a los que dota de una nueva vida en base a una poderosa visualización y a una
concepción geométrica que se convierte en eso tan difícil de ver, tan difícil
de explicar: la originalidad. Cartones como base de una obra que podemos
contemplar hasta el 14 de diciembre en horario matinal.
Siempre llama la atención cuando nos aproximamos al trabajo de Ismael
Rodríguez el posibilismo que produce en
su obra al sorprendernos por la reutilización de materiales que uno puede
entender ya caducados y sin valor para la sociedad. Pero este creador posee en
su mente la capacidad para conjugar materiales y formas y producir algo bello,
algo sugerente que motive al espectador a interesarse por una pieza determinada
o por un conjunto de ellas.
Desde el indómito territorio de la abstracción Ismael Rodríguez trabaja
en sus superficies a partir de unos bocetos previos que inteligentemente
incorpora a esta exposición para definir el camino que sigue cuando se enfrenta
al momento de la creación. Apuntes en una pequeñas cuartillas que aparecen
dotados de un carácter liviano que se pierde al pasar al formato definitivo,
pero sin el cual esta pieza final no tendría sentido. Ahí, en ese germen, nos
aproximamos a esa geometrización del espacio que singulariza su trabajo y
recuerda propuestas de las vanguardias constructivistas que de una u otra
manera llegaron al Cono Sur forjadas en una figura ya icónica del arte
contemporáneo como es la del uruguayo Torres-García. El viaje no es gratuito,
no se vayan a creer, ya que Uruguay es la patria de Ismael Rodríguez, aunque
sean ya muchos los años que lleva en nuestra ciudad dedicado a buscar su
espacio artístico y a una labor tan plausible como abrumadora, como es la de
realizar con personas en situaciones complicadas terapias artísticas, y hacerlo
con unos resultados que les puedo asegurar son difícilmente inimaginables al
comienzo de dichas sesiones. Pero el arte, la experiencia sensorial es tan
sorprendente como para eso y más, al igual que para reciclar unos cartones que
podrían ser arrojados a un contenedor y ahora se convierten en material de
trabajo y con el resultado que aquí podemos contemplar.
Rostros como las máscaras africanas que ampararon el origen del cubismo
de la mano de Picasso, abstracciones afines a ese constructivismo que analizan
espacios y generan sugerente paisajes, retratos... en definitiva, modelos a los
que Ismael Rodríguez dota de su singularidad a través de una estética que
cuestiona, desde el material, a esta sociedad hastiada de consumismo. Un discurso
de la materia que también discute los modelos anteriores desde su concepción
formal para ofrecernos estas piezas llenas de misterio y también encanto de las
que poder disfrutar. Háganlo, pásense por esta galería de la calle Pasantería y
déjense llevar unos minutos por un arte nacido de un material pensado para ser
tan efímero como despreciado y comprobarán como las segundas oportunidades en
el arte también ofrecen sorpresas.
Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 8/12/2013
Fotografías Javier Cervera-Mercadillo
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