[Ramonismo 111]
Los tradicionales relatos policiales de Petros Márkaris se vinculan en ‘Cuarentena’ a los efectos del coronavirus
CREADOR de uno de esos personajes que pasarán a la historia de la novela negra, el comisario Jaritos, el escritor griego Petros Márkaris en su último libro, ‘Cuarentena’, nos lo presenta como protagonista en dos relatos dentro de un conjunto de siete en los que la pandemia generada por el coronavirus transforma nuestra realidad, haciéndolo desde la cotidianeidad de los más desfavorecidos, aquellos que viven en la calle, hasta el día a día de las investigaciones policiales, condicionadas por las medidas sanitarias para frenar a quien ha puesto patas arriba nuestras vidas, convirtiéndose en el más peligroso, e inesperado criminal de nuestros días.
Como es habitual en Petros Márkaris su literatura es tan accesible al lector como beneficiosa para quien guste de leer este tipo de novelas o relatos en los que diferentes crímenes deben ser resueltos, pero que este autor, y es su gran virtud, nunca despega del contexto de la realidad más cercana a todos nosotros, y así, en libros anteriores como ‘Con el agua al cuello, Liquidación final y Pan, educación y libertad, creó un tríptico sobre la crisis económica que todos recordamos cómo se cebó con su país; o en ‘La muerte de Ulises’ incluyó varios textos sobre la llegada de emigrantes a las costas griegas. Ahora, en ‘Cuarentena’, le ha tocado al coronavirus formar parte de este escenario negro en el que acostumbra a presentar sus relatos y al que no deja de aportar tres ingredientes que se citan con buen criterio en la presentación de la novela por parte de su habitual editorial en España, Tusquets, siendo estos la solidaridad, el humor y la esperanza.
Y es cierto que esta tríada le concede al libro ese tono amable y hasta necesario frente a las situaciones y tramas que se originan en cada uno de los cuentos. Aliviando tensiones y dejando varias vías de escape cuando la vida se pone complicada. Esa solidaridad la vemos entre aquellos a los que las derivas de la existencia colocaron en una posición común, extrema en ocasiones e inesperada para muchos, pero que, viéndose en un atolladero entienden que solo juntos todo puede funcionar mejor. El humor se presenta de una manera fluida, engrasando las situaciones que parecen más complicadas de resolver pero que logran hacerte esbozar esa sonrisa tan necesaria cuando se trata de pelear con jornadas complicadas y que en el caso del comisario Jaritos tiene que ver con espacio íntimo, con la relación con su mujer en ese aislamiento al que nos hemos visto sometidos y, por último, la esperanza, tan necesaria su manejo para no volvernos locos, para capear el temporal y seguir luchando por un futuro y con ese canto de esperanza cierra el autor este libro con un hermoso relato vinculado a la isla en la que creció el escritor y donde sus recuerdos y sensaciones evocan un ámbito de felicidad al que deberíamos regresar, recuperando la pureza y alejándonos de las contaminaciones que esta sociedad materialista suma a nuestras vidas.
Jaritos protagoniza esos dos primeros textos, con una aparición esporádica en otro, pero es en ‘Cuarentena’ y ‘Me llamo Covid y mato’ en los que su acción policial se condiciona por las imposiciones sanitarias provocadas por la pandemia. Desde el trabajo en casa a través de las tecnologías hasta los negacionistas. En ‘El arte del terror’, una vida complicada, con la emigración por medio, como la de tantos griegos, permite regresar a su país con un negocio hotelero que la pandemia se encarga de echar al traste. En ‘Centro de refugiados del coronavirus’, varios indigentes encuentran la solidaridad inesperada de un hombre que, como ellos, pero por diversos motivos, también necesita de esa solidaridad. ‘Los tres caballeros’, es un inteligente relato en el que tres sin techo, de nombres Sócrates, Pericles y Platón, buscan mantenerse donde hubo el esplendor olímpico y ‘La taberna de Karaguiosis’, es otro brillante texto de rivalidades griego turcas encarnadas en sendos restaurantes y sus típicas gastronomías, rematando el libro con ese relato sobre la Isla de la infancia de Petros Márkaris, completando un fantástico y helénico itinerario vital.
Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 7/05/2022
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