Hasta el 25 de abril la
Sala de Exposiciones de la Xunta de Galicia en Pontevedra acoge una peculiar
exposición que muestra la obra de Fernando Carballa. Un sorprendente trabajo
que se mueve entre dos parámetros: el de la actitud plástica y la reivindicación
de nuestro Medio Ambiente como ámbito con infinitas posibilidades para su
reinterpretación. Todo esto es lo que subyace en unas obras que no dejarán a
nadie indiferente y donde lo primero a valorar es la capacidad de este artista
para sugerir desde unos elementos que considerábamos ya agotados.
Poco se puede uno imaginar las posibilidades de expresión que pueden
llegar a tener el sinfín de restos que alberga la naturaleza. La mirada del
artista, siempre dispuesta a aproximarse a la realidad o a nuestro entorno de
una manera diferente a la del resto de los mortales, dispone en este caso de un
imaginario tan extenso como feliz en sus conclusiones, ya que no hay más que
dejar pasar unos minutos entre las piezas que Fernando Carballa reúne en esta
muestra para asimilar que hay tantos artes posibles como artistas estén
dispuestos a luchar por su discursos, a comprometerse con aquella forma de
expresión que le satisfaga de la manera más completa posible.
‘Atlantic waste’ o en una rápida traducción, los ‘desperdicios
atlánticos’, es una de esas miradas. Una de las aventuras de un creador que
apuesta por la capacidad regeneradora del medio natural y sus posibilidades de
reinterpretación. Cada una de sus piezas es un canto al mar, pero también a la
concienciación que provoca un sistema natural que ha resistido muchos años,
pero que ante el oleaje económico se está viendo cada vez más amenazado. La
esquilmación de esa gran fuente de riqueza deja todo un rastro que es el que
nutre la obra de Fernando Carballa, desde ese compromiso que aquí retoma el
aliento de la plasticidad, con la capacidad del artista para sugerir, para
generar espacios bellos, lugares llenos de autoestima y cargados de emociones
para el espectador. Sus texturas del universo marino, la capacidad para la
evocación de todas esas especies y la consecución de una nueva vida o utilidad
para aquello que hasta que ha caído en sus manos se mostraba como un fragmento
perecedero, son los elementos que consiguen unidos el generar ese espacio de
introspección con la naturaleza y de respeto al mar que logra el conjunto.
Redes, conchas, caparazones, algas, espinas o telas son como el resto del
naufragio de la vida natural, reasimilado con otras potencialidades desde la
mirada artística. Efectos tan sugerentes como los que se consiguen en piezas
como ‘Esqueletos de agua’, ‘Vientos hacia ninguna parte’, ‘Espacio de
silencios’, ‘El origen de la armonía’, La salvación del espacio o esa pequeña
joya con la que se remata la exposición y que sustenta toda la poética de la
muestra llamada ‘Islas Cíes’, son las que nos hablan de Fernando Carballa como
de un explorador de emociones, un rastreador de aquellos elementos que la
naturaleza ya ha caducado pero a los que un artista es quien de extraer una
nueva existencia, una reinvención del medio natural que permite reinterpretar
la naturaleza para posteriormente hacérnosla llegar convertida en objeto
artístico. Un abismo lleno de sugerencias.
Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 14/04/2013
Fotografía Javier Cervera-Mercadillo
Ningún comentario:
Publicar un comentario