venres, 31 de xaneiro de 2014

Actores y poco más


Llega esta semana a la cartelera una de las grandes favoritas a los Oscar, ‘La gran estafa americana’. Con sus diez nominaciones bajo el brazo (empatada con ‘Gravity’ en lo más alto del podium de nominaciones), la obra del director David O. Rusell (‘The fighter’ y ‘El lado bueno de las cosas’) nos presenta una historia que hurga en los Estados Unidos de los años setenta, aquella Norteamérica que se desperezaba de la pesadilla de Vietnam, descubría que un presidente podía mentir a su pueblo y que el petróleo sometía una férrea dictadura a su economía. En ese río revuelto siempre hay una serie de personajes que quieren sacar tajada, y ellos son los que centran esta película de actores pero poco más. Christian Bale, Amy Adams-sobresaliente-, Bradley Cooper y Jennifer Lawrence, todos ellos con merecidas nominaciones, nos ofrecen un excepcional trabajo, pero éste se diluye a lo largo de una película en la que uno rara vez se siente integrado. Ni las bondades de su fotografía (una curiosidad es que está rodada en celuloide, quizás una de las últimas) o su banda sonora, que quieren transportarnos a cómo se veía aquella sociedad a sí misma, son capaces de hacernos partícipes de esta historia en la que dos timadores deben colaborar con el FBI para detener a un pez gordo que hace de su cargo político un paraíso del fraude.
Es en ese trabajo de actores cuando la película remonta el vuelo, siendo estos momentos los que merece la pena ver por cómo se encaran entre ellos, cómo descubren sus afectos y miserias cara a cara, pero sobre todo por la defensa de sus intereses para salvarse de la quema en que se convierte toda existencia. Una película que pone contra las cuerdas a una nación forjada en muchos casos desde el delito y la corrupción, continuando la estela de obras de Martin Scorsese a las que emula pero de las que se queda a años luz. De ahí que esas diez nominaciones, exceptuando las actorales, parecen elevar demasiado el listón de una película que ni mucho menos las merece.

Publicado en Diario de Pontevedra 31/01/2014

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