Rue Saint-Antoine nº 170
Arte ▶ La Fundación RAC abre sus puertas en la calle
Sarmiento de Pontevedra, hasta el 19 de febrero, a tres artistas que plantean
un inteligente discurso a partir de sus propias dificultades para desarrollar
su creatividad, en un contexto en el que el arte se ve orillado en base a una
situación perversa de la cultura alentada por nuestra propia sociedad.
Tres artistas gallegos, Rosendo Cid,
Enrique Lista y Pablo Vence proyectan, a través de su participación en esta
exposición, sus inquietudes como creadores, unas inquietudes surgidas ante la
compleja posición que ocupan en un ecosistema social en el que la cultura
parece un hábitat a esquilmar. Sus piezas, aparentemente sencillas o incluso
simples, se muestran como una poderosa carga de profundidad para esta sociedad
en la que los artistas cada vez se sienten más desprestigiados, cada vez más
separados de lo que hasta hace poco era una misión casi terapéutica dentro de
nuestra comunidad. El arte como espacio adecuado para la reflexión y el
pensamiento, el arte como camino para el conocimiento de lo íntimo pero también
de lo colectivo, unas posibilidades con las que la sociedad, y mayoritariamente
sus dirigentes, nunca se han encontrado especialmente cómodos, por
desconocimiento o temor el arte se ha entendido como un complemento
perfectamente prescindible en tiempos en que pintan bastos. Y en esas estamos, intentando,
como el perro de Goya, asomar la cabeza para tomar aire, para renovar un aire
viciado completamente. En esta atmósfera es en la que el artista se encuentra
contra las cuerdas, con pocas opciones para mostrar su obra e incluso para
producirla, es decir, para asumir los costes derivados de un proceso físico que
sustente la parte mental.
Instalación de Enrique Lista |
Bajo el comisariado de Pablo Loureiro y
Miriam Rodríguez y con la complicidad siempre vigorosa de la Fundación RAC ,
Rosendo Cid, Enrique Lista y Pablo Vence proponen una inmersión a esa sima de
los problemas que se localiza en el paso de la obra de arte de lo concebido a
lo táctil, de lo imaginado, durante tanto tiempo, a su concreción en un soporte
que permita su interacción con el público. Y ahí, ante ellos y su grito
encerrado en cada una de sus piezas, es cuando podemos percibir su particular
situación, al tiempo que nos damos cuenta de la bendición que todo artista
tiene en esa arma de resistencia imposible de doblegar por cualquier crisis: la
imaginación. Los tres creadores hacen de esa imaginación un férreo sustento
para sus piezas, generadas en soportes endebles y con a priori escasas
posibilidades de éxito, pero que una vez realizadas y colocadas en el espacio
provocan el milagro de lo artístico. Piezas de desecho rescatadas de la basura
que la propia sociedad genera con tanta alegría y desprendimiento sirven a
Rosendo Cid para ofrecer unas esculturas repletas de poética, un silencio
hermético desde el material y su configuración posterior que busca en lo mínimo
lo máximo, es decir, lo esencial, ese átomo en el que todo se contiene. Enrique
Lista, brillante también a la hora de colocarnos ante lo costoso de esa
producción, ante esa tinta del rotulador con la que se calcula el coste de un
trabajo, de una idea, una letra que se acaba, que se agota y en la que solo la
inversión monetaria permitirá llegar hasta el final y Pablo Vence, con una
prodigiosa máquina de dibujar, la sustitución de la tecnología por lo
artesanal, de la gran computación por la imaginación del artista, para alentar
un dibujo sin fin que se impone a la obligatoriedad de una fuerte inversión
económica. Los tres convierten la Fundación RAC en un laboratorio de ideas, de
ideas que, como en sus talleres, surgen como una necesidad para el diálogo con
esa sociedad que tantas veces les da la espalda. Continúa así muy atenta esta
Fundación a lo que se mueve en torno al arte contemporáneo, aquí en conexión
con nuestra Facultade de Belas Artes, inagotable cantera, pero también
aproximando su colección a otros escenarios, como lo fueron el Centro Cibeles
de Madrid hace unos pocos meses y ahora en Pamplona, en el Centro Huarte, otra
manera de actuar ante la ‘Lógica precaria’ a la que nos enfrentamos.
Público ante la pieza de Pablo Vence |
Publicado en Diario de Pontevedra 18/01/2016
Fotografías David Freire
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