venres, 28 de febreiro de 2020

El bálsamo de la poesía


El poeta Miguel d'Ors en su participación en '6 días, 6 poetas' (Rafa Fariña)

EN EL AÑO 2015 Luis Aberto de Cuenca lograba el Premio Nacional de Poesía por su libro ‘Cuaderno de vacaciones’ (Editorial Visor). Horas después de conocer la concesión del galardón y ante otro poeta en funciones de periodista, Antonio Lucas, descerrajaba la siguiente frase: «La poesía es útil y balsámica». Todo un adagio revolucionario con la que nos está cayendo en los últimos años y al que llevo sujeto desde su lectura en ‘El Mundo’.
Será, precisamente, el poeta madrileño quien abra el próximo lunes la semana de poesía que, organizada por la Vicerreitoria de la Universidade de Vigo en el Campus de Pontevedra, llenará cada día de la primera semana de marzo nuestra ciudad de esas palabras tan útiles como balsámicas en la tercera edición del encuentro ‘6 días, 6 poetas’. Cada jornada un poeta ante nosotros. Mujeres y hombres de diferentes rincones de España pronunciando palabras llenas de bondades y efectos saludables para el ser humano. Personas de generaciones diversas que hacen del tiempo un marco para unos versos cuya calidad ha ido superando el desgaste que ese tiempo inevitablemente provoca en todos ellos como prueba de lo imperecedero, de lo eterno. Sabía bien lo que decía Luis Alberto de Cuenca ante la grabadora de Antonio Lucas, conocedor de que cada vez más este alocado mundo nuestro necesita una dosis mayor de esa medicina. La poesía es útil porque traduce la realidad, la condensa y la exprime, dejando lo sustancial ante nuestra mirada, y es bálsamo por el alivio que supone frente al horizonte incierto ante el que nos movemos diariamente.
Luis Alberto de Cuenca, Rocío Arana, José Mateos, Itziar Mínguez Arnáiz, Juan Ramón Barat y Javier Salvago serán los que ejerzan durante esta semana de sanadores. Demiurgos que a través de la palabra invocan al público asistente a una suerte de traducción de la vida que sólo la poesía puede condensar de manera eficaz. Y es que al final de cada poemario, de cada verso o de cada palabra lo que hallamos es la propia vida, y si algo caracteriza de manera conjunta a los poetas de esta edición es que todos ellos se dedican a rastrear esas huellas que lo cotidiano deja en cada uno de nosotros. Porque la poesía sólo conserva su auténtico sentido si habla de nosotros, si se dirige a nosotros, si nos convierte a nosotros en poema.
Hemos venido comprobando, en las dos ediciones anteriores, cómo el público desterraba de manera definitiva ese miedo que muchos, incluso buenos lectores, mantienen en pie frente a la poesía gracias a esa proximidad que otorga el hablar del nosotros. Como si su carácter, en ocasiones demasiado hermético, no pudiese ser superado con la mera familiaridad del lector o, en este caso, del oyente. Y es que si algo les recomiendo de cara a la semana que se nos presenta es que recuperen ese sentido oral de la poesía, el poeta declamando sus versos brincando fuera de ese libro con el que nos solemos medir en nuestra intimidad lectora. Voces diversas como poetas diversos. Voces que modulan y entiende el verso como el ser vivo que es y más aún fuera del represor papel.
Con marzo florece la poesía en Pontevedra, en el mes que se celebra esa disciplina literaria. Pontevedra, gracias a esta semana de la poesía, reverdece su compromiso con la palabra y la sensibilidad, con la terapéutica capacidad de una poesía que se hace fuerte a orillas del Lérez hasta dónde la Universidad y el saber de otro gran médico poeta, nuestro vecino Miguel d’Ors, han conseguido generar un espacio imprescindible en la confianza hacia la palabra.



Publicado en Diario de Pontevedra 28/02/2020

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